Con guitarra y bachata, Covi Quintana conquista el Jaragua
Fue una velada íntima. De melancolía. De nostalgia. De recordar a un amor del pasado, de que se arrugue el corazón al revivir las etapas por las que se atraviesa después de una ruptura amorosa.
La noche del sábado, Covi Quintana estuvo con sus verdaderos fanáticos, aquellos que le han acompañado en esta década y que han crecido al igual que la calidad musical de la cantautora dominicana.
Y con el Teatro la Fiesta del Hotel Jaragua lleno, pasadas las nueve de la noche, una hora después de lo pautado, se encendieron las luces moradas del escenario y la joven cantó “No me preguntes si estoy bien”, “Antes”, “Yo me enamoré”… Cada canción con una guitarra distinta. O con un piano marrón, y su vaso de ron que saboreaba de vez en cuando, con el que tocó temas como “Te echo de menos” y su canción más corta “1:30”, de su segundo álbum “Sin Pausa”.
“Han sido diez años en los que, como decimos los dominicanos, he estado guayando la yuca, tocando puertas, muchas abiertas, otras cerradas… Y con todas las desventajas, aprendiendo muchísimo… Lo bonito de esto es ser un cantautor en un mundo de no cantautores, en un mundo donde todos los temas son de dos acordes, aunque para los gustos los colores”, dijo Covi, mientras conversaba cómo ha sido su experiencia en la industria musical.
Mientras expresaba al público lo agradecida que estaba por todo el apoyo durante estos años, se sinceró al decir que algunas canciones estaban hechas para ella como “Desahogo I”, tema que la ayudó a ser “la Covi que yo quería ser”.
Sin dudas, la más esperada fue la que, según describe, “nunca fue mía, sino de todos ustedes”: “Soy Dominicana”. Ahí dejó su guitarra a un lado. El escenario se pintó de azul. Y sus músicos tocaron la tambora, la guitarra, el violín, para interpretar una versión más folklórica del emblemático tema.
Del negro al rojo
De repente las luces se apagaron y Covi salió con un atuendo completamente rojo. Desde el característico sombrero que nunca deja a un lado hasta sus botas. El mismo que usó para la entrega 22 de los premios Latin Grammy, en la que obtuvo su primera nominación por mejor álbum cantautor por su tercer disco, “Mañana te escribo otra canción”.
A partir de ahí sus canciones fueron más animadas, siendo en su mayoría del enamoramiento. Pasó de “Amor Amor” a un “Bésame suavecito” en bachata, una versión especial dedicada al cantautor dominicano Víctor Víctor, uno de sus mentores, quien falleció el 16 de julio de 2020.
Canciones que se esperaban
Covi se despidió con “Café de las ocho”, y tras el siempre esperado aclamo de “Otra, otra”, la cantante salió a interpretar una canción inédita: “Una excusa de mierda”, que habla sobre lo difícil que es aceptar cuando se comete un error al dejar ir a un amor. Y, con esta, se fue.
El concierto con poco menos de dos horas de duración cumplió con las expectativas de los fanáticos, aunque algunos dijeron que la cantautora prometió “cantar todas sus canciones”, pero faltaron un par del repertorio que estaban esperando.
Entre los temas que no interpretó estuvieron “Pegadito”, “Mientras tanto”, “Que nadie se entere” y unas de sus más recientes: “Ser, estar, aparecer”.
Otra de las quejas de los fanáticos fue que, a diferencia de otras presentaciones, Covi no tuvo un invitado especial ni telonero.
Además de que, en algunas ocasiones, el sonido estaba un poco bajo y no se permitía escuchar la calidad completa de la canción.
Con este primer concierto, Covi Quintana inició su gira 2022, con la que se presentará el 24 de agosto en Santiago de Los Caballeros y luego partirá a Colombia, Perú, Chile, México, Argentina y España, entre otros escenarios.