Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

DÍAS DE CINE

Enemigos públicos

Avatar del Listín Diario
Armando AlmánzarSanto Domingo

Santo Domingo.- ¡Miren que somos viejos! Eso lo decimos porque, a más de haber visto el “Dillinger” realizado en 1973 por John Milius con Warren Oates en el rol principal, escarbando y escarbando aparecen ráfagas dispersas del otro “Dillinger”, el de 1945 que viéramos quién sabe cuando, un film Clase B dirigido por Max Nossek con un actor de poca monta, Lawrence Tierney como el famoso ladrón de bancos. Observen: Milius nunca fue un gran director, Nossek menos aún; Warren Oates nunca fue un actor de nota, ni un famoso ni popular porque era feo, y Tierney, de rasgos duros y muy apropiados para el personaje, fue aún menos popular que Oates. Sin embargo, lo más que puedo hacer es reconocer que ambas versiones (y versiones baratas) sobre Dillinger nos gustaron más que la presente. Por supuesto, no dudamos de la capacidad de Michael Mann como director: el hombre sabe lo que tiene entre manos, es muy bueno en la edición y tuvo en sus manos lo que le vino en ganas para hacer su película. A decir verdad, a pesar de sus dos horas y veinte minutos no cabeceamos, se nos fue como seda. Pero no tanto como para hacernos reaccionar, no tanto como para que nos sintiéramos enamorados de la pantalla, no tanto como para que hubiéramos deseado que nos dieran diez, veinte minutos más, algo que nos ha pasado con bastante frecuencia. Los años de Dillinger, iniciados en el film en 1933, o sea, a cuatro años de iniciada la tan famosa “Gran Depresión”, es un recuento lineal de lo que hizo desde el instante en que hizo una arriesgada incursión en una cárcel estatal para liberar a varios de sus compañeros de fechorías. De ahí en adelante, vemos como roba un banco a q u í , otro allí, dos más por allá, cómo evade a la policía con frecuencia, cómo logra escaparse de una celda rodeado de docenas y docenas de policías y hasta tropas del ejército. Y todo ello funciona con meticulosidad de relojería, con perfecta precisión, con dinamismo, con mecánica elegancia. Y es eso lo que no nos ha parecido tan bien, eso es lo que, precisamente, nos impidió que la historia nos llegara más adentro: “Dillinger”, de Michael Mann, es un film preciso, pero mecánico, bien editado, pero frío, tan frío como un témpano. ¿De qué le vale a Mann tener a intérpretes tan famosos y cotizados como Johnny Depp, Christian Bale y Marion Cotillard en los roles principales si ellos, evidentemente, no se hacen sentir emocionalmente? A Depp le hemos visto por lo menos una docena de veces mucho mejor que en este morigerado John Dillinger, Christian Bale parece un témpano de hielo, no le sale ni una mueca, y la Cotillard no es ni sombra de su Piaff, unas pocas lágrimas y apenas unos minutos de personaje “apasionado”. En otras palabras, que si bien no podemos, de manera alguna, decir que este “Dillinger” es una mala película porque tenemos que reconocer la factura técnica que le supo imprimir su director, seguimos pensando que debió haber, tal vez, pensado menos en la taquilla, olvidar las caras famosas, buscarse un trío de intérpretes no tan insignes y, con ellos y su buena mano, hacer una película con alma, apasionante, descarnada en su violencia en una época violenta, cruda y desbordada tal vez en sus escenas de sexo (un hombre que huye todo el tiempo que al fin encuentra una hermosa mujer que le desea). En fin, cine por el cine, una historia de fuego y pasión, no un retratito edulcorado que en estos días no nos sabe a gran cosa. FICHA Enemigos públicos(Public Enemies)Dirección: Michael MannGuión: Ronan Bennett, M. Mann y Ann Bidermann, sobre obra “Publicenemies: America’s greatest crime wave abd the birth of FBI, 1933-34”,de Bryan BurroughFotografía: Dante Spinett Música: Elliot GoldenthalIntérpretes: Johnny Depp, Christian Bale, Marion Cotillard, James Russo, Stephen Dorf, Channing Tatoon.

Tags relacionados