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Antonio Marte, el político que no nos merecemos

Antonio Marte ha dicho en un programa de radio que este país necesita un hombre como él, en referencia a sus aspiraciones de ser presidente de la República.

Y eso no es cierto. Lo primero que quiero decir es que yo le cojo miedo a cualquiera que dice ser la respuesta a todos los males del país.

Lo segundo es que Antonio Marte tiene 30 años incidiendo en la vida pública dominicana y no ha resuelto ningún problema. Al contrario, es más famoso por crear los problemas que por resolverlos.

En este Farol vamos a desmentir al señor Antonio Marte con pruebas. Del pasado y del presente. Y de paso saldrán mencionados muchos partidos del sistema. Y muchos líderes de antes y de ahora.

Adelantamos que este será el Farol menos visto y menos aplaudido: le daremos lo suyo a los del PLD, a los de Fuerza del Pueblo, a los Reformistas y a los del PRM. Sabemos que nos criticarán y se quejarán (hacer señal de llamadas telefónicas).

Háganlo, que aquí los esperamos y los recibiremos “uno a uno como caballeros, o a todos juntos como malandrines”. ¿Y por qué yo tengo que estar citando a Balaguer en este Farol? Del tiro hasta nos estamos contradiciendo (risas).

Antonio Marte es el senador de la provincia Santiago Rodríguez. Y desde hace muchos años ha sido uno de los hombres más poderosos del país por su control de Conatra, un supuesto sindicato (debería ser llamada empresa) de transporte público.

Su poder radica en que controla la mayoría de las rutas que comunican a las provincias del país.

Este hombre tiene tanto poder que Luis Abinader nombró al secretario general de Conatra como director del Intrant, el instituto que pone las normas del tránsito público del país. ¿Ustedes recuerdan el lio con Uber y los choferes de la zona turística? Pues de esa Conatra hablamos.

Es la misma Conatra que impidió hace unos años que Caribe Tours hiciera la ruta de Higuey-Santo Domingo. Y cuando decimos que impidió no estamos hablando de que lo hicieron con oraciones, o con caminatas hasta la Basílica de Higuey. Fue a pedradas y tiros que lo hicieron.

Así fue construyendo su poder hasta lograr el sueño de la mayoría de los dominicanos: meterse a político. O al menos relacionarse con ellos.

En el gobierno de Hipólito se armó un programa con transportistas públicos llamado Plan Renove, de “Renovación Vehicular”, que buscaba sacar las chatarras de las calles y poner a correr a vehículos nuevos. De lejos se veía que eso iba a terminar mal. Pero según el PPH todo estaba muy bonito… hasta que se comenzó a investigar: resulta que unas 3,335 unidas fueron repartidas violando todos los procedimientos legales. Se las entregaron a familiares, a amigos, se quedaron con ellas…

En total el Estado estimó que le habían robado con unos 1,800 millones de pesos. Y usted no tiene que ser adivino para intuir que Antonio Marte estuvo metido en ese lío. Correcto: estuvo metido hasta lo hondo.

El caso lo llevaron a la justicia y tanto él como otros transportistas y funcionarios fueron hallados culpables. Dentro de ese grupo estaba Blas Peralta, hoy condenado a 30 años por asesinato; Pedro Franco Badía, quien era secretario administrativo de la Presidencia; Gervasio de la Rosa o Alfredo Pulinario “Cambita”.

Antonio Marte fue condenado a 3 años de prisión en Najayo y a pagar 8 millones de pesos de indemnización. El grupo no estuvo contento y apeló. El caso fue llevado hasta la Suprema Corte de Justicia que dijo que sí, que se habían robado los vehículos y el dinero y les mantuvo la condena. Por ser sancionado por la Suprema el caso tomó lo que los abogados llaman “el carácter de la cosa irrevocablemente juzgada”.

Es decir: que es así y ya no hay más pataleos.

Cuando parecía que los malandrines del Renove iban a prisión apareció la firma mágica del profeshor. Leonel Fernández, siendo presidente, firmó un indulto a favor de esta gente. Un perdón presidencial. ¿Ahora entienden por qué Antonio Marte dice que Leonel es su amigo?

Aquellos días, entre la condena y el perdón presidencial, Antonio Marte comprendió que no le bastaba con el poder de su sindicato. Que necesitaba algo más. Y se metió de lleno a la política.

En el año 2013 creó un partido político llamado “Primero la gente”, madre mía, vaya usted a ver. Pobre Peña Gómez. Y desde entonces ha ido acariciando la idea de ser presidente de la República. Y no se ría, que esa ha sido una de las cosas que siempre han beneficiado a este hombre: la gente lo subestima.

La gente ve a Antonio Marte hablar y se ríe. Lo tildan de medio tonto o de campesino por alguna de las cosas “sin sentido que dice”. Y ese señor de tonto no tiene nada. Todo lo contrario. Y lo de campesino no es ni un insulto ni una deficiencia.

No nos engañemos, Antonio Marte es un hombre que trabaja muchísimo en los objetivos que se planta. Lo que pasa es casi siempre esos objetivos no nos benefician, pero bueno, es un trabajador al fin.

Estos días el senador ha vuelto a ser noticia porque renunció al bloque del Senado de Fuerza del Pueblo. Y eso es curioso porque el senador dice que nunca perteneció a Fuerza del Pueblo. ¿Y entonces cómo se puede renunciar de donde usted nunca perteneció? Pero también dice que quien lo inscribió como candidato fue el Partido Reformista. Que otros 13 partidos fueron a tocarle las puertas de su casa para que por favor sea candidato senatorial. O sea, 14 partidos en total.

El punto es que el senador dice que renunció para dedicarse a su partido y hacerlo crecer. Pero de paso le pidió al presidente del Senado crear un nuevo bloque, con todos los beneficios de los partidos grandes.

Para que tengan una idea, el bloque del PRM en el Senado maneja un presupuesto mensual de un millón de pesos, con 30 empleados; el del PLD tiene 47 empleados, con una nómina de 963 mil mensuales y el de Fuerza del Pueblo tiene 22 empleados con una nómina de 535 mil mensuales.

Lo que en realidad quiere Antonio Marte es un bloque grande donde solo estaría él, para chupar más… O para chupar solo.

El senador es uno de los personajes que recibe el famoso barrilito. Cada le dan 619,000 pesos y les ha dicho a sus compañeros que quien no los quiera se los de, que él se encarga de repartirlo.

Desde ya el hombre ha dicho que no descarta una alianza con ningún partido político. Él no tiene partido reconocido para ya quiere negociar…

Y para colmo de los males, cuando se le pregunta cuál sería su principal aporte al país, en el hipotético e e improbable caso de ser presidente de la República, este señor dice que aquí hay delincuencia porque no hay empleo.

Pero señor senador… usted tenía un muy buen empleo en Conatra y aun así se metió a la corrupción del Plan Renove…

Ahh, senador, por cierto. Muy bueno el casabe con coco que nos envió en Navidad. Estaba delicioso. Cuando pueda mande más.

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