BOSTON
Brown obliga a prórroga; Celtics vencen 125-121 a los Lakers
Jaylen Brown, de los Celtics, se apresta a realizar un corto disparo entre Rui Hachimura y Troy Brown.
Patrick Beverly tomó una cámara fotográfica que alguien tenía junto a la cancha, y la llevó hacia el árbitro Eric Lewis, para mostrarle lo que todos los que habían mirado la repetición sabían: LeBron James había recibido una falta al errar una bandeja en el último instante del tiempo regular.
En vez de convencer a Lewis, Beverly fue sancionado con una falta técnica que dio a Boston la ventaja en el comienzo del tiempo extra. Los Celtics aprovecharon la situación.
“El mejor jugador del mundo no logra que se sancione una falta que le cometieron. Es increíble”, dijo el entrenador de los Lakers, Darvin Ham. “Por mucho que uno no trate de culpar a los árbitros ello se vuelve cada vez más difícil”.
Jaylen Brown consiguió 37 puntos, incluidos tres en una jugada que igualó el marcador a 4,1 segundos de que concluyera el tiempo regular, y Boston cortó una racha de tres derrotas, al superar el sábado 125-121 a Los Ángeles.
Brown añadió 11 unidades en la prórroga por los Celtics, líderes de la NBA. Añadió nueve rebotes.
Malcolm Brogdon anotó 15 de sus 26 puntos en la segunda mitad de un encuentro de toma y daca en que la ventaja cambió 19 veces de manos —seis en el cuarto periodo. El marcador estuvo empatado en 15 ocasiones.
James totalizó 41 puntos, nueve rebotes y ocho asistencias, mientras que Anthony Davis sumó 16 unidades y 10 tableros por Los Ángeles.
Beverly anotó 15 puntos dando a los Lakers la ventaja en dos ocasiones durante el último minuto del tiempo regular. No obstante, falló un tiro libre que pudo haber asegurado el triunfo y cometió la falta técnica en la última acción del cuarto periodo.
James estaba furioso por lo ocurrido, tanto en la prórroga como después de ésta, en los vestuarios.
“No entiendo. No entiendo qué estamos haciendo, y miro basquetbol cada día”, dijo el astro, quien se cubrió la cabeza con una toalla durante buena parte de la prórroga y se mantuvo cabizbajo mientras hablaba frente a su casillero. “Miro partidos cada día y no veo que esto le esté pasando a alguien más. Es una locura”.