ANÁLISIS

¿Qué deben mejorar los equipos de Lidom en su temporada baja?

El recién finalizado torneo fue uno de los más exitosos de los últimos años.

El recién finalizado torneo fue uno de los más exitosos de los últimos años.

El reciente torneo de la Liga Dominicana culminó con la coronación de los Tigres del Licey como Campeones Nacionales por primera vez en un lapso de cinco años, entrando en una etapa de nueve meses hasta la próxima estación donde los seis combinados del circuito buscarán corregir fallas para retornar con mejores planteles a la competencia.

La campaña baja lucirá bastante activa para los equipos de la pelota invernal, quienes se enfrentarán a la figura de la agencia libre, además de la planificación para posibles traspasos y lo que será el Draft de Novatos.

Evidenciando los apartados a mejorar por las distintas organizaciones, a continuación se presenta un plan de trabajo por las prioridades de cada equipo:

Águilas Cibaeñas

A pesar de que sus resultados en la fase del Todos contra Todos no fueron de mucho agrado para su inmensa legión de aficionados, los amarrillos brindaron un buen torneo al culminar la Serie Regular en segundo lugar, tras pasearse por la mayor parte de la zafra como punteros.

En sus apuntes de cosas por perfeccionar, las Águilas deben incluir el reforzamiento de la receptoría, una posición que se sorteó entre cuatro peloteros distintos en la temporada finalizada.

Esta necesidad se crea luego del establecimiento de Francisco Peña en el béisbol profesional de Taiwán, quien había sido en los últimos años el cátcher de todos los días para el equipo, pasando a no participar en la 2022-2023.

Del mismo modo, los amarillos requieren de alguien que se adueñe como cara visible de la primera base, supliendo el bateo de poder que requiere la posición.

Un número de cinco jugadores fungieron como inicialistas en el plantel conformado por Ángel Ovalles, siendo de estos Andretty Cordero el de mayores oportunidades, seguido de los nefastos resultados del importado Frank Schwindel, así como los chances a Johan Camargo y Jerar Encarnación – que no son originarios de la posición.

Estrellas de Oriente

Los paquidermos atraviesan una formidable etapa competitiva en la actualidad, quienes han acudido en años consecutivos a la serie final, aunque finalmente quedándose cortos tras caer en cinco partidos en ambas ocasiones.

La organización parece obligada a dar el paso faltante que los lleve hasta la tierra prometida, algo que para ocurrir antes se necesita de la reestructuración del cuerpo de lanzadores abridores que poseen estos.

En todas las etapas de su finalizada temporada, las Estrellas saltaron al terreno en 71 encuentros, aunque sólo en ocho de estos los abridores se apuntaron la victoria, una reseña general de lo pésimo que está siendo dicho staff en sus aspiraciones.

Gigantes del Cibao

Los potros han sido el ejemplo de competitividad en los años más recientes de la Lidom, viviendo tres últimas estaciones maravillosas que incluyen dos apariciones a la fase final y un campeonato.

En este tramo, la misión del equipo ha sido la misma y continúan sin lograr los mejores resultados: corregir las fallas de su cuerpo de lanzadores.

La culminada zafra dejó a entrever mejoras en dicho apartado en provecho de los Gigantes, guiados por un WHIP de 1.23 en las etapas de la regular y round robin, pero que continúan siendo insuficientes para acercarse como punteros en el circuito.

Leones del Escogido

La negativa racha de tres campañas sin obtener un pase a la postemporada resume perfectamente el oscuro momento que atraviesan los melenudos. La deficiente plantilla de peloteros nativos con disponibilidad para todo el año es el principal problema de estos, pero es en las posiciones del cuadro donde el vacío se hace más notable.

Los antesalistas del equipo se combinaron para producir un pírrico OPS de tan solo .480 en la 2022-2023, posición desempeñada en la mayor parte por un Starlin Castro que ve finalizado sus mejores años, mientras desde el campocorto este porcentaje ascendió levemente hasta .525, y en la receptoría – que tuvo un cambio positivo luego de la entrada al terreno de Pedro Severino a mediados de campaña – fue de .530.

El equipo necesita un remozamiento de arriba hasta abajo, aunque en las posiciones antes mencionadas es donde las malarias toman mayor presencia.

Tigres del Licey

Los actuales campeones fueron el equipo con mejor desenvolvimiento de principio a fin en el torneo. No obstante a su formidable carta de presentación, los detalles por corregir no dejan de estar presentes.

Los azules están obligados a realizar adiciones en beneficio de mejorar la tanda media-baja de su alineación, evidenciando como desde el sexto hasta el octavo bate se combinaron para un OPS de .626 – menor por 53 puntos a la media del conjunto en toda la temporada.

Toros del Este

Los taurinos viven momentos de incertidumbre, organización que ha pasado sus últimas dos campañas alejados de la clasificación, enfrentando como consecuencia un posible traspaso de mando en los puestos de gerencia deportiva.

Una deficiente línea central se sitúa como la principal prioridad por mejorar de los naranjas, tomando en cuenta que en sus últimos años han tenido que acudir a la contratación de receptores extranjeros de resultados poco luminosos, a la vez que desde la intermedia y paradas cortas un número de nueve peloteros se desempeñaron en ambas posiciones.

Esta embarazosa situación ha mutado en los relevistas de la franquicia, apartado que fue vilmente atacado en el campeonato a juzgar por su efectividad de 4.17, algo para nada conveniente al ver que estos suelen soportar la mayor carga de trabajo en la pelota de invierno

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