CON LOS CAMPEONES

Conversación pendiente

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Mario Emilio GuerreroSanto Domingo

El ex comisionado de beisbol, Pappy Bisonó, en una entrevista que le hice el 23 de febrero de 2019 en mi programa Protagonistas declaró, que la expansión de 1983 de la Liga Dominicana de Béisbol fue producto de una retaliación del entonces presidente Salvador Jorge Blanco, por un desaire que le hicieron en el estadio Quisqueya durante un partido entre Licey y Escogido, cuando era candidato del PRD.

Esto trajo como consecuencia que el hijo de Jorge Blanco, Orlando Jorge Mera, en un artículo publicado el 6 de febrero en El Nacional, bajo el título “Ese no es mi papá”, expresara que, “(La) afirmación (de Bisonó) (es) muy ajena a la realidad, y que, como mi padre no está entre nosotros, no puedo pasar por alto. Si hay algo que aprendí de él fue que nunca nos inculcó venganza ni odio contra nadie, razón por la cual, desmiento la información categóricamente”.

Agregó que “confieso que quien escribe era un adolescente para la época (en que se produjo la expansión), pero puedo escribirlo con toda certeza de que ese que es descrito en el artículo de referencia, no es Salvador Jorge Blanco”.

Concluyó que “lo que mi padre hizo fue convertirse en abanderado de la expansión del béisbol, y en ese sentido, tomó las previsiones legales para asegurar su implementación como fue organizar e incorporar la Liga de Béisbol Profesional, mediante Decreto No.1496 del 18 de octubre de 1983 (G.O. 9624), y crear la oficina del Comisionado Nacional de Béisbol Profesional, mediante Decreto No.130, mediante Decreto No.1300 del 5 de agosto de 1983 (G.O.9619), entidad que sigue funcionando hoy día, treinta y seis años después”.

Días antes de publicar el artículo, Orlando se comunicó conmigo y me dijo, con toda la humildad que le caracterizaba, que se disponía a rebatir públicamente las acusaciones vertidas contra su papá. Además, dijo que quería que nos reuniéramos, porque tenía datos que Jorge Blanco le había confiado sobre el proceso de expansión, que poca gente conocía.

En varias ocasiones coincidimos, la última vez hace unos meses en el Palacio Nacional y siempre me decía que teníamos una conversación pendiente, que lamentablemente ya no se producirá.

Ahora me arrepiento por no haber procurado ese encuentro, no sólo por lo que me hubiera podido revelar sobre un capítulo importante del béisbol dominicano, sino porque perdí la oportunidad de tratar más de cerca a una persona buena y decente.