CON LOS CAMPEONES
Grandes refuerzos de la pelota dominicana
En el programa La Voz del Fanático, con mucha frecuencia recibimos llamadas telefónicas de personas que se quejan de la baja producción de la mayoría de los jugadores importados que participan en nuestros torneos campeonatos de pelota. Estos seguidores del béisbol por lo regular añoran tiempos pasados en que los principales prospectos de las Grandes ligas, venían a jugar al país. Hace unos días, uno de esos fanáticos solicitó que le buscáramos los números de Ralph Garr, a quien no vio jugar, pero que mucha gente le decía que había sido el mejor refuerzo que jamás haya pisado un estadio en República Dominicana. Por su puesto, se quedó sorprendido al escuchar los números de Garr en la pelota criolla. En la columna de hoy voy a escribir sobre la carrera de este portentoso refuerzo estadounidense y a ofrecer algunos datos sobre el paso por el béisbol local de otros dos peloteros importados, quienes a mi juicio conforman junto a Garr, el mejor trío de jugadores foráneos en accionar en la pelota dominicana. Me refiero a Alonzo Perry y Mickey Mahler. RALPH GARR. Este pelotero afroamericano, quien reforzó a las Estrellas Orientales en cuatro temporadas, disputa a su compatriota Alonzo Perry, la condición de mejor jugador extranjero en la historia del béisbol dominicano. Lo que hizo Garr en la pelota criolla es sencillamente irrepetible. Su promedio de bateo más bajo fue .387 y en dos oportunidades tuvo un average por encima de .400. En sus primeras tres campañas, entre 1969 y 1972, lideró el circuito en bateo con averages de .387, .457 y .388, en hits con 79, 105, 88 y en carreras anotadas con 37, 58 y 39, además de encabezar dos veces el encasillado de bases robadas, con 23 en ambas ocasiones, en 1969-70 y 1970-71 y en una ocasión, el apartado de triples con 6, en 1971-72. En la estación 1970-71, estableció récords de todos los tiempos en promedio de bateo, hits y carreras anotadas, marcas que a pesar de los años transcurridos aún se mantienen vigentes. Su average en esa campaña fue de .457, al disparar 105 hits en 230 turnos, anotó 58 vueltas y empujó 24, disparó 12 dobles, 4 triples y 3 jonrones, y se estafó 23 bases. Sus 23 bases robadas de en el campeonato 1969-70, significó un nuevo récord en el béisbol dominicano, marca que el mismo igualaría en el torneo siguiente. Ese marca de estafas sería rota varios años después (1974-75), por la Saeta Cibaeña, Miguel Diloné. Luego de una ausencia de ocho años, regresó con el conjunto verde en el campeonato 1980-81, azotando nuevamente el pitcheo contrario. Terminó con average de .419, en 26 partidos y no ganó el liderato, porque no alcanzó las apariciones al bate necesarias. En total, su promedio de bateo en cuatro temporadas fue de .412, hazaña sin precedentes en el béisbol criollo para un jugador con la cantidad de turnos que agotó Garr (735). ALONZO PERRY. Para muchos, Perry ha sido el mejor refuerzo que ha jugado en el país. “Su Majestad”, como le apodaron durante su trayectoria por el béisbol dominicano, brilló tanto en los campeonatos de verano como en la pelota otoño-invernal. De por vida, bateó para average de .310 y conectó 49 jonrones, quinto y sexto, respectivamente, en el listado de todos los tiempos. Además, ocupa el undécimo lugar en el encasillado de los mayores productores de carreras (252) en la historia de nuestro béisbol. Su estancia en la liga criolla se prolongó por 8 campañas, desde 1951 hasta 1959, jugando siete estaciones con los Tigres del Licey y una con las Estrellas Orientales. En dos ocasiones fue líder de bateo (1954 / .336 y 1957-58 /.332), de cuadrangulares (1952 / 11 y 1953 / 11) y de carreras empujadas (1952 / 38 y 1953 / 53). Asimismo encabezó los departamentos de hits (1957-58 / 67), dobles (1955-56 / 13), carreras anotadas (1954 / 29) y bases robadas (193 / 16). Su total de vueltas producidas 53 en la campaña de 1953, se mantiene como un récord en la pelota criolla, a pesar de los años transcurridos. MICKEY MAHLER. Este formidable lanzador zurdo ha sido uno de los mejores serpentineros del béisbol dominicano en toda su historia. Lanzó por 9 temporadas en el país, desde 1977 a 1987, defendiendo en su primera estación los colores de las Estrellas y luego pasó al Escogido, donde permaneció el resto de su carrera en la liga criolla. En su larga estancia en la pelota criolla compiló récord de 40 triunfos y 17 reveses, en 81 partidos como abridor, de los cuales completó 19. Es el lanzador importado con mayor número de victoria en los anales de nuestro béisbol y décimo en el listado general. Sus mejores trabajos con el Escogido se produjeron, en las estación 1980-81, cuando tuvo marca de 7-2 y efectividad de 2.56 y el torneo 1985-86, en que finalizó con foja de 8-3 y promedio de carreras limpias permitidas de 1.78.