Reflexiones del director
Prensa libre, poder y responsabilidad
El libro Murder the Truth, de David Enrich, editor de investigaciones del The New York Times, ofrece una mirada inquietante sobre el uso del poder para intimidar y acallar medios de comunicación críticos.
Más que un simple recuento de demandas, es una alerta sobre cómo los líderes pueden usar las leyes para cercar la libertad de prensa, incluso en democracias consolidadas como la de Estados Unidos.
Enrich revive el caso histórico New York Times v. Sullivan (1964), piedra angular de la jurisprudencia sobre libertad de expresión.
En ese fallo, la Corte Suprema estableció que los funcionarios públicos no pueden ganar demandas por difamación contra periodistas a menos que prueben que hubo “real malicia”.
Es decir, que el medio publicó información falsa sabiendo que era falsa o con total desprecio hacia la verdad.
Esto protege al periodismo de represalias por errores involuntarios y garantiza un debate libre y vigoroso, base de cualquier democracia.
La prensa no es infalible. Como tampoco ningún ser humano.
Por eso los grandes medios, en aras de la honestidad profesional, crean espacios para la fe de erratas o el derecho a réplica de quienes se sientan afectados por una publicación.
Tras la publicación del libro de Enrich, se han generado demandas judiciales contra importantes canales televisivos y diarios de Estados Unidos.
Por ejemplo , acciones del presidente Donald Trump y de otros líderes parecen dirigidas a revertir el precedente judicial del Caso Sullivan-New York Times en 1964.
Estas acciones nos recuerdan lo frágil que puede ser la protección de la prensa, en un contexto de acosos y campañas de descrédito impulsadas por populistas o fanáticos.
El intento de desplazar la carga de la prueba o “real malicia” hacia los medios, para visibilizar las demandas judiciales. implicaría un golpe severo al ejercicio crítico del periodismo.
Sentiríamos que nos están poniendo un cuchillo sobre la yugular para atemorizarnos o empujarnos a la autocensura.
Para los futuros periodistas, esta es una enseñanza clave: el poder de la prensa no está solo en revelar verdades, sino en resistir presiones.
Pero también hay una responsabilidad: informar con rigor, verificar los hechos, y actuar con honestidad intelectual.
Defender la libertad de prensa implica ejercerla con ética. Y con valor frente a quienes pretendan chantajearnos o intimidarnos.
La libertad de expresión no se asesina solo con censura; también se erosiona con miedo, demandas abusivas y campañas de desprestigio.
Por eso, Murder the Truth no es solo un libro sobre Trump, sino una advertencia sobre el periodismo en tiempos difíciles, tanto en Estados Unidos como en otras latitudes del mundo.