Cuando las obras no llegan
En el afán por demostrar capacidad de respuesta a las necesidades de la población, los gobiernos suelen anunciar y prometer obras públicas, sin importar si son prioritarias o si cuentan con los fondos para su ejecución.
Cada anuncio genera, como es natural, ilusión y esperanza en las comunidades que serían beneficiadas.
Sin embargo, cuando las obras no inician, o avanzan a paso de tortuga o se quedan en el papel, la alegría se convierte en frustración, reclamos y, en algunos casos, protestas violentas.
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