presencia dominicana
Ofensiva en entradas extras

Tony Piña
El batazo de jonrón en cualquier circunstancia es importante, pero su valor aumenta cuando se logra en juegos ampliados a entradas extras.
El bateador con más cuadrangulares de la historia, en ese escenario es Willie Mays, un total de 21 en 350 apariciones al plato. Las mejores cinco cifras las completan Jack Clark con 18, Albert Pujols 15 y con catorce empatan Hank Aaron, Jimmie Foxx y Mickey Mantle.
De esos 21 jonrones de Mays en episodios adicionales el más famoso es sin dudas el que le conectó a Warren Spahn el 2 de julio de 1963 en la décimo sexta entrada, para darle el triunfo a su equipo de los Gigantes y al lanzador Juan Marichal, en el duelo de pitcheo más intenso en los anales de las ligas mayores.
Además de Pujols los demás dominicanos con cifras dobles de jonrones en la situación señalada son David Ortiz, doce, Nelson Cruz once y Sammy Sosa diez.
Tiene posibilidades de unirse al grupo Carlos Santana que acumula nueve. El mejor promedio de bateo le pertenece a Hanley Ramírez con un robusto .400. Le siguen, Dante Bichette con .394, Jesse Barfield .378, y Vladimir Guerrero que alcanzó los .375.
El más productivo bateador en partidos decididos después del noveno capítulo fue Mickey Mantle; lo indica su OPS de 1.307 en 162 apariciones al plato.
Le siguen, con un mínimo de cien visitas al pentágono, Ted Williams 1.213 y Justin Upton 1.205.
Ofensivamente, no obstante, entre los dominicanos, el número uno es Carlos Peña. En apenas cien apariciones al plato disparó nueve cuadrangulares y su OPS fue de 1.164.
Vale indicar que Peña disparó un total de 49 batazos de vuelta completa en 770 turnos que agotó en juegos bajo presión, lo cual arroja un promedio de 6.4 por cada cien veces, el mejor entre los dominicanos que han agotado un mínimo de quinientos en esa situación y su señalado OPS en entradas extras, es igual al que obtuvo Babe Ruth cuando bateó en ese contexto.
El Bambino tuvo 147 apari ciones al plato. Es evidente que cuando surgía la presión y Peña iba al bate, la adrenalina le manaba vigorosamente.