Excelente respuesta a un infatuado

El presidente Luis Abinader dio ayer una lección de dignidad y firmeza al responder las altisonantes amenazas de Diosdado Cabello, uno de los más influyentes y soberbios miembros de la cúpula venezolana, contra nuestro país.

Ante la pregunta directa de una periodista, las respuestas de Abinader fueron claras, contundentes y, sobre todo, responsables.

En un tono altanero y con una soberbia inaceptable, Cabello había lanzado una amenaza a nuestro país, afirmando que “agarraría al gobierno dominicano en la bajadita”.

Aludía así a una supuesta represalia por la incautación de un avión de Nicolás Maduro en territorio dominicano, una acción en la que Estados Unidos tuvo un rol clave.

Lo que Cabello parece olvidar, y Abinader lo dejó muy claro, es que aunque Venezuela pueda tener petróleo, el nuestro tiene algo más valioso: un firme apego a los principios democráticos y una economía que, hoy por hoy, supera a la de su país.

“No tenemos petróleo, pero nuestra economía es mayor que la de Venezuela, así que vamos a seguir defendiendo los principios democráticos”, dijo el mandatario.

Este mensaje, más allá de la situación puntual con Venezuela, envía un claro recordatorio al mundo: somos una nación que no se doblega ante chantajes ni amenazas, por muy poderoso que pueda parecer el que las emite.

El trasfondo de esta respuesta también nos habla de una realidad que algunos en el gobierno venezolano prefieren ignorar.

Mientras ellos intentan intimidar y ejercer control a través de sus recursos petroleros, nuestro país ha logrado diversificar sus fuentes de energía y ha dejado de depender del petróleo venezolano desde hace tiempo.

En la actual gestión no se han adquirido productos de ese país. El 95% del petróleo que se importa proviene de Estados Unidos, lo que despoja de toda relevancia la amenaza de Cabello en el ámbito económico.

Acostumbrados a actuar con soberbia y a hablar sin distinguir las jerarquías de los gobernantes, estos chavistas demuestran un profundo desconocimiento de las fuertes raíces históricas, culturales y políticas que han existido entre nuestros dos pueblos.

En lugar de fomentar un diálogo constructivo, la cúpula dictatorial venezolana opta por la intimidación, un camino que solo refleja la decadencia política de quienes lo toman.

En lugar de dejarnos intimidar, Abinader ha dejado claro que nuestra nación seguirá defendiendo la democracia y los derechos fundamentales, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

Esta respuesta del presidente Abinader no solo fue un golpe de realidad para Diosdado Cabello, sino también un recordatorio de que somos una nación soberana, que no se deja amedrentar por bravatas ni falsas promesas de represalias. 

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