Reflexiones del director
Formados para lo digital, más que nada
Las nuevas generaciones de periodistas están estructuradas, principalmente, para operar en el entorno tecnológico y digital, no tanto para los periódicos impresos, donde se cultivan formas, reglas y valores del periodismo tradicional que van quedando rezagados frente al paradigma digital.
Las innovaciones que día a día impulsan las tecnologías han hecho que el estudio y aprendizaje de las aplicaciones de la Inteligencia Artificial predominen en los programas actuales de las escuelas de periodismo.
Hace unos pocos años comencé a percibir este giro cuando una periodista recién graduada vino a mi despacho para compartirme una extraordinaria sorpresa que acababa de experimentar.
Al entrar, por curiosidad, en el área de las rotativas de nuestro diario, buscó a alguien para que le explicara para qué servían esas máquinas, y fue entonces cuando descubrió que eran para imprimir el periódico.
Por lo visto, no tenía noción de su función en el esquema de producción de un diario impreso, ya que su formación profesional estuvo orientada exclusivamente hacia las asignaturas que enseñan los distintos campos del periodismo digital.
Esto refleja que las escuelas de periodismo de hoy se enfocan más en enseñar nuevas formas de recopilar, analizar y difundir contenidos a través de vías digitales o plataformas de redes sociales, con patrones muy distintos a los que antes prevalecían.
Los géneros digitales, la gestión de Inteligencia Artificial, los nuevos modelos de negocios basados en el trabajo de los “creadores de contenidos”, el conocimiento de las audiencias y el dominio de técnicas para detectar informaciones falsas o voces e imágenes suplantadas, ocupan ahora el interés de los jóvenes periodistas.
Para los medios impresos, esto supone un serio desafío, ya que están obligados a coexistir en un ecosistema híbrido para el que muchos de sus reporteros o ejecutivos no están plenamente preparados.
Por eso les comenté hace unas semanas sobre lo retador que es trabajar en un ambiente donde coexisten dos culturas y mentalidades distintas: por un lado, la de los periodistas tradicionales, y por otro, la de los nuevos reporteros y ejecutivos formados en las modalidades digitales.
La convergencia de estilos, funciones, mecanismos de verificación de informaciones y la distribución de estas en audiencias segmentadas según sus preferencias, es un proceso que toma tiempo y exige paciencia.
Con tal torrente de informaciones que circulan en este ecosistema, ya no basta con dar la noticia tal cual, sino que se impone la necesidad de actualizarla, contextualizarla y explicarla, lo cual puede resultar más práctico e inmediato en la plataforma digital que en la impresa.
Lo importante ahora es identificar y desarrollar destrezas para que ambas plataformas puedan responder adecuadamente a sus audiencias, sin perder de vista que el pilar fundamental del periodismo sigue siendo apostar por la verdad y el juicio crítico de sus lectores o usuarios.