¡Y tropezamos con la misma piedra!
Las estadísticas oficiales de los accidentes de tránsito en Semana Santa siguen confirmando el impacto letal de las motocicletas en este cuadro de tragedias.
El año pasado, los accidentes de motocicletas representaron el 69 por ciento del total de percances viales, y este año treparon a casi 89 por ciento.
Con una cantidad igual de muertes en accidentes vehiculares, 27 en el 2023 y 27 ahora, a los motores les correspondieron 18 muertes el año anterior y 19 en este.
Resulta obvio que para disminuir estos saldos letales por culpa de accidentes de motores, hará falta algo más que un despliegue extraordinario de agentes y voluntarios en los operativos de prevención y seguridad.
En los últimos dos años, el Listín Diario ha propuesto formalmente que así como se prohíbe a los vehículos pesados transitar durante tres días claves de la Semana Mayor, lo mismo se haga con cierta categoría de motoristas.
Pese a que las autoridades prohibieron montar dos o más personas en un motor, unos 5, 194 motoristas fueron fiscalizados por circular sin cascos protectores.
Y más de 3,000 por múltiples violaciones a la Ley de Tránsito, por lo que esos motores tuvieron que ser retenidos.
Por suerte, porque de lo contrario el número de accidentes y víctimas podría haber sido mayor.
Lo que demuestran estas estadísticas es que el fenómeno se repite año por año, con su signo catastrófico, y que las estrategias y operativos, que cuestan una millonada, finalmente de nada valen.
Es decir, que cada año tropezamos torpemente con la misma piedra.
Y no terminamos de darnos cuenta.