Bajo el influjo de las mafias
En una sociedad de valores corroídos, como la nuestra, las mafias han encontrado terreno propicio para darle el tiro de gracia a lo que nos queda de institucionalidad.
La usurpación de identidades y de los uniformes de la autoridad policial o militar, así como las múltiples falsificaciones de productos, marcas y documentos oficiales o privados, son prácticas consuetudinarias.
En estos días hubo un caso sonado: el de varios jóvenes descubiertos con documentos falsos para gestionar visas norteamericanas.
También son frecuentes las denuncias de estafas financieras, de falsificación de boletas para eventos artísticos o deportivos, excursiones y hospedajes turísticos, de títulos de propiedad inmobiliaria y de diplomas de graduación.
En esta sociedad que una vez llamamos del engaño, la práctica de “fabricar” y comercializar fármacos falsificados, así como de preparar tesis de grados universitarios, está muy arraigada también.
Las debilidades de la seguridad jurídica salen a relucir en el contexto de graves casos de suplantación de títulos accionarios que, a su vez, apuntan hacia la expropiación de activos empresariales.
Así como estas expresiones mafiosas han contribuido a minar las bases de valores morales e institucionales en algunas sociedades modernas, como la norteamericana, su reproducción impune en este país puede conducirnos a lo mismo.
La debacle social ha comenzado a proyectar sus inquietantes rasgos, con la interminable sucesión de hechos violentos promovidos por pandillas juveniles o barriales en disputa por el control de territorios libres para el narcotráfico.
Con el contubernio de autoridades que facilitan o alquilan sus armas de reglamento, o se hacen de la vista gorda para permitir el tráfico de migrantes ilegales o de mercancías falsificadas, la peste mafiosa logra una vía de expansión.
Lo peor de todo es que, sabiendo que estamos en presencia de un descalabro de los soportes morales y jurídicos, la sociedad deja pasar….y deja de hacer la debida cirugía de emergencia para salvarse.