Informar no es alarmar

Las autoridades sanitarias del país –ahora como antes– no cumplen con el deber de informar a la población acerca de los brotes de enfermedades con potencial de convertirse en epidemias.

Los ejemplos son muchos, pero abordemos hoy el caso del cólera.

Con el cólera azotando a Haití y un flujo migratorio indetenible, en diciembre pasado no fue sorpresa que aparecieran los primeros dos casos importados en el país.

Días después cuatro casos aparecieron en el sector La Zurza del Distrito Nacional y ante el hecho de que ya teníamos la enfermedad avanzando, las autoridades “descartaron” que se progresara a un brote.

Menos de un mes después hay 17 casos de cólera admitidos por el Ministerio de Salud Pública, con una muerte, y la enfermedad ya está en La Zurza, Villas Agrícolas y San Carlos.

Solo en La Zurza se ha montado un operativo preventivo, con un hospital móvil y asistencia social, pero en Villas Agrícolas y San Carlos, los vecinos de esos sectores se han quedado a la espera de las acciones oficiales para contener el brote.

Ayer, Salud Pública finalmente admitió que hay nuevos casos en La Zurza, pero dijo que no quieren alarmar a la población.

Las autoridades no son culpables de que el cólera entrara nuevamente al país, pero es su responsabilidad informar a tiempo a la población los lugares donde hay casos para que la gente adopte precauciones especiales.

El problema es que sabiendo exactamente que el cólera está extendiéndose en la capital, Salud Pública demora la información “para no alarmar”, cuando lo correcto es dejar claro que hay peligro y hay que extremar las medidas de higiene.

Informar la verdad, aunque duela, contribuye a que los ciudadanos adopten medidas apropiadas para evitar, precisamente, que el brote se convierta en una epidemia en todo el país.

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