El fenómeno de la fatiga noticiosa obliga a los medios, tanto impresos como digitales, a un aterrizaje forzoso en la adopción de nuevas narrativas que conecten con las demandas de una audiencia que busca contenidos distintos a los de hoy.

El último reporte del Instituto Reuters sobre el consumo de noticias en el mundo ha encendido las alertas sobre este abrupto cambio en las formas y temas de consumir contenidos que, a las claras, proyectan una inquietante desconexión entre el periodismo y el público.

En pocas palabras, el estudio mundial refleja que la mayoría de usuarios de redes y periódicos digitales está evadiendo las noticias sobre la pandemia, la inflación, la guerra de Rusia y Ucrania y otras que les resulten emocionalmente perturbadoras.