La hookah y la droga en su mejor momento
Los “teteos” han resultado el mejor espacio para dar riendas sueltas al consumo de drogas y alcohol y al uso de hookah durante la pandemia.
De esas francachelas nocturnas han salido muchos candidatos a las salas de cuidados intensivos de nuestros hospitales Covid, la mayoría con sus pasaportes listos para viajar a la eternidad.
Es lo que dicen los médicos que, día a día, tienen que lidiar con casos críticos de jóvenes que llegan con los pulmones colapsados de tantos vapores inhalados en el libre festín callejero durante el toque de queda.
Sus promotores alegan que es una injusticia establecer cuarentenas en barrios de por sí abigarrados por viviendas y callejones súper habitados y por eso se resisten al cumplimiento de las medidas de prevención.
En los períodos de confinamiento, el campo del microtráfico de drogas se estrecha. No hay tantos deliverys para atender la demanda a nivel domiciliario.
Los “teteos” son la mejor alternativa para satisfacer el apetito vicioso de los bebedores y fumadores de estas sustancias, bajo la falsa sombrilla de una sana socialización barrial.
El último esquema de restricciones, una semana con un toque de queda diferenciado en distintas ciudades, minimizó en cierta medida la circulación de vehículos y personas durante el sábado y domingo.
No obstante, no faltaron quienes en franco desafío a la autoridad montaron sus escándalos en ciertos barrios, entregados al deleite de los peligrosos vicios que hoy degradan sus vidas, en nombre de un mal llamado “derecho al goce, a lo que me venga en ganas”, aunque con ello alteren el de los demás a descansar de noche y a cuidarse mejor del coronavirus.