No puede haber vuelta atrás

El gobierno tiene que seguir haciendo la máxima presión posible para que las farmacéuticas internacionales a las que avanzó una millonada en dó­lares para las vacunas anti-Covid, cumplan su compromiso... y a tiempo.

Por culpa de los retrasos en los despachos de los lotes contratados, el gobierno se vio en la necesidad de comprar a China más de 750,000 dosis, a un valor casi siete veces mayor al de las primeras contratadas.

Las primeras dosis de vacunas que llegaron al país a mediados de febrero fueron 20,000 compradas a la India y luego 30,000 donadas por esa nación, dando inicio a la vacunación, lo que luego arrancó en firme con las adquiri­das en China.

Todavía no contamos, que se sepa, con las seguridades de que las primeras vacunas con­tratadas estarán aquí en tiempo oportuno pa­ra evitarle al país una desaceleración o la inte­rrupción forzada de la vacunación que, hasta ahora, marcha sobre ruedas.

El pueblo está en vacunación. Se nota el afán de muchos por recibir las dosis recomendadas y de ahí que, en el proceso, se hayan registrado casos de ciudadanos que quieren saltarse las fases de sus grupos etarios... por si acaso.

Como ha sido incierta, de algún modo, la distribución de las vacunas en las cantidades contratadas y el gobierno ha tenido que bus­car vacunas en el mercado, es comprensible que todos quieran alcanzar al menos la prime­ra dosis.

Esa es una muestra de que la vacunación ha generado confianza y aceptación universal en el país. Por tanto, no puede haber vuelta atrás.

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