REFLEXIONES DEL DIRECTOR

El crucial desafío de los diarios impresos

El apabullante alcance de la digitalización ha metido a la prensa impresa en uno de sus más intrincados laberintos.

Al sustraerle audiencia y publicidad, vale decir, al drenarle dos soportes básicos de sustentación, la prensa digital ha forzado a la tradicional a buscar nuevos modelos de negocios para subsistir.

Como no cuenta con la flexibilidad y la capacidad de adaptación a nuevas tecnologías, que si están orientadas a fortalecer el ecosistema digital, la prensa impresa está compelida a refundarse sobre la base de la profundidad y calidad de sus contenidos.

Le favorece el hecho de que, por naturaleza, es reconocida como una fuente creíble y seria que, en medio del tsunami de noticias falsas o manipuladas y de progresivos quiebres de la democracia, puede significar el antídoto o la mejor barrera a estos dos virus malsanos.

En el laberinto en que se encuentra hoy, con circulación y publicidad diezmada, la prensa escrita tiene caminos para dar un cambio cualitativo que le preserve fidelidad e influencia en su plataforma natural, a la vez que saca mayores provechos, en ambas direcciones, a sus formatos de multimedia. Tiene que asumir nuevos nichos de contenidos, de los cuales ya hemos hablado en anteriores Reflexiones, y unirse en la pelea por cobrar a las grandes empresas tecnológicas difusoras de sus noticias, el precio justo por ese insumo.

De hecho, ya esa batalla ha comenzado en Europa, en Australia y Estados Unidos y anticipa fuertes tensiones entre Google, Facebook y otros gigantes de la distribución de contenidos en redes.

En paralelo con estos esfuerzos, debe incrementar sus iniciativas para promover negocios electrónicos, eventos y modelos de suscripción pagada con la finalidad de crear una nueva base de sustentación financiera y salir bien librada de su laberinto.

Y finalmente, olvidarse de “dar noticias” y empeñarse, más que nada, en descubrirlas en toda su plenitud.

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