Ahora los padres son los maestros
Los verdaderos héroes anónimos en la batalla por la educación a distancia son los padres de los alumnos.
Sin menospreciar el esfuerzo que está haciendo una selecta parte del magisterio nacional para desarrollar el año escolar por la vía virtual, hay que reconocer que la suplencia de la enseñanza ha quedado en manos de los padres o familiares de los estudiantes.
El contacto humano, de tú a tú, que imperaba en las clases presenciales antes de que la pandemia del coronavirus nos trastornara la vida, es reemplazado ahora por los adultos que están en el hogar, asistiendo en el aprendizaje.
Son ellos los que están más cerca de los hijos para aclararles dudas y para ayudarlos a entender las clases, ya que por la televisión no hay una comunicación de doble vía entre maestros y alumnos que pueda resolver estas dificultades.
Mientras persistan las circunstancias que obligan a las clases virtuales, algo que creemos se extenderá al 2021, la subordinación a la tecnología moderna, que es la que permite este modelo de docencia, seguirá pavimentando el camino del nuevo sistema educativo.
Estamos presenciando la aurora de una nueva realidad en la que las máquinas, o la tecnología, condicionarán nuestros comportamientos, gustos y preferencias hacia la inteligencia artificial, sustituyendo muchas tareas humanas, entre ellas la del clásico maestro o catedrático.
Aunque nos resistamos, esa es la tendencia en la sociedad moderna que ya ha abrazado estas tecnologías para encumbrarse hasta el pico de una sociedad totalmente distinta a la que habíamos conocido antes de la pandemia.