Medio año de pandemia... y lo que falta
Al entrar en el sexto mes de ataques del coronavirus, el país no tiene claro todavía hasta cuándo vivirá sumido en esta tragedia.
Al ritmo que llevan los contagios podría deducirse que el nuevo gobierno que se instalará el día 16 recibirá un país que ha perdido, en términos oficiales,1,200 vidas y registrado 100,000 casos activos de infectados.
Esta patética realidad queda un tanto disimulada por la que en verdad ocultan las cifras del subregistro, presumiblemente iguales o mayores.
Con una pandemia gravitando sobre nuestras cabezas, el país también ha sufrido cuantiosos daños en la economía, la quiebra del modelo de socialización de sus gentes, el trastorno de sus programas educativos y la insalvable capacidad de su sistema de salud para responder efectivamente a esta prueba de fuego.
Sin contar los probables impactos de nuevos fenómenos atmosféricos mientras dure una temporada ciclónica anticipada como peligrosa, el horizonte no pinta nada fácil por el momento.
Habría que aferrarse a la esperanza de que las experiencias acumuladas en estos meses de manejo de la pandemia pudieran servir de algo para frenar el avance de los contagios.
Lamentablemente, los inadecuados comportamientos de muchos ciudadanos no lo garantizan así.
Las fallas en que incurrimos al no imponer cuarentenas estrictas en el momento del brote las estamos pagando, y las seguiremos pagando, con más víctimas y con más estreñimientos en la economía.
¡Qué lástima!