A todo riesgo
Con una pandemia que gravita sobre las vidas de todos los ciudadanos, los dominicanos harán frente mañana al sagrado compromiso de elegir nuevos gobernantes y congresistas para el periodo 2020-2024.
El solo hecho de exponerse a los riesgos del contagio del Coronavirus, en aras de cumplir un mandato constitucional, le confiere a esta cita una importancia histórica.
Las esperanzas están en que los electores puedan protegerse al máximo de contraer el virus, utilizando mascarillas, guantes y lentes, en la medida de lo posible, y mantener distancia prudente entre sí en las filas y los colegios electorales.
En febrero y marzo, cuando la pandemia asomaba y pronto circulaba en nuestro territorio, los electores desafiaron esas circunstancias y acudieron a elegir autoridades municipales.
Pese al trauma causado por la suspensión de esos comicios en su fecha original de febrero, los ciudadanos no transigieron con su deber y volvieron masivamente a las urnas el 15 de marzo.
La voluntad de concurrir ahora las elecciones presidenciales y congresionales que se postergaron en mayo es una evidencia del deseo de la ciudadanía de producir, por la vía electoral, un cambio de gobernantes.
Esta admirable voluntad debe expresarse sin dificultades, sin entorpecimientos, sin maniqueísmos fraudulentos y sin presiones.
Es muy grande el sacrificio cívico que el país hará para que estas elecciones resulten un ejercicio democrático pleno, legitimado por la voz del pueblo, que es ahora la que manda.