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EDITORIAL

Que saquen a los intrusos de las dunas

Las dunas de Baní, sometidas a una descarada intrusión de avivatos que talaron árboles endémicos y parcelaron algunas áreas, han sido puestas ya bajo vigilancia militar permanente.

Excelente y oportuna decisión que ha tomado el Ministerio de Medio Ambiente en defensa de este valioso patrimonio natural de la República Dominicana, que nunca debió estar desprotegido.

Esperamos que, desde ahora, hablen los hechos. Es decir, que la instalación de un contingente militar sirva, debidamente, como un blindaje contra la depredación libre e impune de esta reserva ecológica, única en la región del Caribe.

Es preciso mantener la guardia en alto y no cejar en la vigilancia continua de las zonas de amortiguamiento de las dunas, ya que los avivatos se valen de múltiples formas para burlar los controles, generalmente corrompiendo con sobornos al personal asignado a la custodia.

La prueba es que después de una visita urgente que realizara el ministro de Medio Ambiente a la zona, la semana pasada, los intrusos volvieron por sus fueros a cortar árboles y a levantar alambradas para apoderarse de las tierras a orillas del mar.

Como denunciara el obispo de la Diócesis de Baní, Víctor Masalles, esos actos depredatorios se realizaron con cierta complicidad de algunas autoridades, lo que debe ser motivo de una investigación seria para determinar responsables y castigarlos, por delito ecológico.

Si se continuara permitiendo la desnaturalización de esa zona de amortiguamiento, las dunas quedarían a merced de daños mayores y expuestas a convertirse en puros arrabales, fomentando el hacinamiento humano, principalmente de haitianos con vocación depredadora.

Los árboles que existen allí son especies resistentes que requieren poca agua. Su papel es el de ser el cinturón del pequeño desierto de arenas finas para evitar su expansión, ya que están en constante desplazamiento.

Las dunas son una creación, un monumento de la naturaleza. Los vándalos no pueden destruirlas, así por así. Y los buenos banilejos tampoco deben permitirlo.

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