Reflexiones del Director
“Los medios nuevos no matan a los viejos medios”
Desde que el Internet irrumpió en el mundo con toda su fuerza transformadora en 1995, nunca han faltado las premoniciones sobre la inminente desaparición de los medios tradicionales de comunicación, en particular los periódicos impresos.
Los presagios en este sentido se han basado en dos mediciones paralelas: la que registra el número de personas conectadas con los medios digitales y redes sociales y la que marca la caída de la circulación y los ingresos publicitarios de los impresos, o la reducción de las audiencias de la radio y la televisión.
Iguales pronósticos se airearon, décadas atrás, respecto a la prensa escrita cuando la radio y la televisión hicieron su entrada en el escenario de los medios, proyectando toda su capacidad para masificar audiencias y para ganar la carrera de la inmediatez informativa.
Se creó así un nuevo ecosistema que, en el caso de los medios audiovisuales, se apoyaba en señales analógicas que, con el tiempo y gracias a nuevas tecnologías, han sido gradualmente superadas por el formato digital, sin sustituir al medio como matriz.
Sencillamente, los ha transformado.
Lo que ha cambiado han sido las destrezas de unos y otros para poder adaptarse a las nuevas formas que existen ahora para filtrar las noticias, aprovechando las ventajas de la hiperconectividad digital.
La prensa impresa tradicional ha sido uno de los medios más impactados por esta revolución tecnológica.
Si bien las pérdidas por ingresos publicitarios o por ventas al público han forzado a muchos a desaparecer o reducir sus niveles de circulación, la matriz física sigue existiendo como referente y garantía de difusión de noticias veraces y como espacios en los que se ejerce el buen periodismo. De hecho, al conjugarse con las plataformas digitales esos medios han visto aumentar sus audiencias y sus ingresos por suscripciones pagadas, como nunca antes.
Lo que no ha cambiado, en verdad, ha sido la necesidad de los seres humanos de informarse y comunicarse. Solo cambian las formas de lograrlas. Las nuevas tecnologías permiten una integración mayor, una velocidad mayor y una globalización de las comunicaciones. De la capacidad que tengan los medios para adaptarse a las nuevas modalidades, de ahí dependerá su sobrevivencia.
El profesor José Luis Orihuela, catedrático de periodismo de la universidad de Navarra, España, es el autor de la frase que empleo como epígrafe de estas Reflexiones. Su opinión, respecto al futuro de la prensa, es esta: “Siempre he sostenido la complementariedad entre lo nuevo y lo viejo, no por la sustitución. Los nuevos medios no matan a los viejos medios, pero les obligan a cambiar”.