Llevando el periodismo de calidad a las redes

El ejercicio de un periodismo de calidad en las plataformas digitales es el camino inevitable al que conduce la reinvención de los diarios impresos, que han descubierto en las redes un nutritivo campo de mayores audiencias e ingresos. La apuesta por la profundidad, antítesis de la superficialidad que caracteriza el grueso de las notas que se difunden en los medios digitales, le ha enseñado a los diarios tradicionales que el éxito que está alcanzando este modelo debe llegar ya a sus ediciones digitales. De hecho, los contenidos de calidad y profundidad que predominan hoy en los impresos han resultado en piezas de enganche para lograr que los usuarios de las redes digitales paguen suscripciones para disfrutar de las notas exclusivas de los diarios tradicionales.

Este modelo, tarde o temprano, tendrá que replicarse en los digitales, pensando y actuando en función de los intereses de audiencias segmentadas, es decir, produciendo contenidos especializados en temas que, según las mediciones, son los que más público atraen. Si las redacciones digitales se preparan para elevar la calidad de sus contenidos, darían el gran salto cualitativo y se erigirían en una fuente más apetecible para consumo de asuntos interesantes, más allá de las noticias del momento, que pasan, evolucionan y caducan en actualidad en poco tiempo. Naturalmente que este modelo sólo funciona si se subordina a una práctica que implique “pensamiento y acción digital”, es decir, tomando en cuenta que en la esfera digital hay más recursos tecnológicos para combinar textos y audiovisuales en una historia. Para plantearlo en términos más sencillos, el modelo de periodismo de calidad que hoy cultivan los impresos consiste en trasplantar al digital los géneros que cautivan a los lectores, pero reforzados con los elementos audiovisuales del que carecen las ediciones físicas. Los storytellings y los podcast informativos son, hoy por hoy, dos recursos que los grandes diarios ofrecen a sus lectores digitales de contenidos extraídos y editados del impreso para conectarse, así, con los gustos de los usuarios de este tiempo. Ambos productos han venido a constituir pilares claves en el sorprendente aumento de los suscriptores del The New York Times y otros grandes periódicos de Estados Unidos, Europa y América Latina, generándoles ingresos sustanciosos que pueden llegar a ser, en breve lapso, mayores que los mismos que produce la publicidad, muy en baja ya en cualquiera de las plataformas informativas.