Limpiar la capital, una tarea ciclópea
Recoger y botar los desechos sólidos que genera diariamente la capital, equivalentes, según los expertos, a una montaña de basura cubriendo todo el Estadio Olímpico, es una de las tareas más retadoras que tienen las autoridades municipales.
La basura que producen los hogares de más de un millón de residentes, más las que agregan los negocios de todo tipo, especialmente los callejeros, puestos de comida, productos agrícolas, los buhoneros y vendedores ambulantes, no puede recogerse en un mismo día.
El Ayuntamiento del Distrito Nacional ha tenido que disponer de muchas brigadas compuestas por centenares de hombres y de una flotilla de camiones insuficiente para hacerle frente a este monumental problema, al parecer insoluble.
Una de las muestras más patéticas es la de la populosa avenida Duarte. En toda esa vía hay que realizar hasta cinco operativos diarios, hasta de noche y madrugada, y aun así las basuras emergen temprano, afeando las aceras y produciendo contaminación ambiental.
El alcalde David Collado ha tenido que emplearse a fondo en estas navidades tratando de cortar este ciclo de vertido de desperdicios en las calles de distintos sectores de la capital, luchando más que nada contra una cultura de desidia de los ciudadanos, que de manera insensible lanzan a las vías públicas las cosas que se les ocurra botar.
Algunas juntas de vecinos han cooperado con el ayuntamiento para que sus barrios no vivan inundados de basura, mosquitos y pestilentes olores, pero esta actitud de colaboración no es general.
Pese a que existen horarios establecidos para que más de 90 camiones recojan sistemáticamente los desechos sólidos en urbanizaciones, hay ciudadanos que no aguardan las horas nocturnas y lanzan sus basuras en el día, creando un panorama de suciedad en sus sectores.
Contra todos estos inconvenientes y conductas tienen que lidiar a diario las autoridades de la Alcaldía para mantener, en lo posible, la limpieza y la sanidad de la ciudad, una tarea costosa pero altamente ineludible para asegurar un mínimo de ambiente saludable y respirable en la más vieja ciudad del Nuevo Mundo.