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¡Todo por Astrid!

Una niña tan hermosa como Astrid, recién nacida, merece vivir. Unidos en esa esperanza, los ciudadanos han comenzado a donar lo que pueden para que ella, afectada por una rara cardiopatía, pueda esquivar la sombra de muerte que pende sobre sí.

Dios parece que le está alfombrando los caminos para que sobreviva y sea un orgullo para sus padres y para la sociedad.

En este espontáneo esfuerzo del pueblo para salvarle la vida, el gobierno también ha mostrado su sensibilidad frente a la suerte de Astrid Montero y ha dispuesto una ayuda de 3 millones de pesos para completar los gastos en que se incurrirían al operarla en un hospital especializado de Boston, Estados Unidos.

Impresionante ha sido la respuesta de generosidad de los dominicanos, aportando pesos y dólares para cubrir los costos de la cirugía.

Ahí están los ejemplos de una madre que recibió de su hijo 200 dólares y en lugar de usarlos a su favor, lo envió a la familia de Astrid, en desprendida y amorosa contribución. Y de una abuelita que, en nombre de su nieta, mandó 20 dólares.

De ese modo, la cadena de ayudas se ha ido extendiendo como una extensa onda de solidaridad para salvar la vida de Astrid que, al padecer esta rara afección en su tierno corazón, está en peligro si no se somete a la operación antes de que sea tarde.

El consulado de los Estados Unidos le ha concedido visa de emergencia para que pueda viajar con sus padres a Boston, otro gesto de valor humanitario.

Aun cuando el presidente Danilo Medina dispuso de inmediato de una suma millonaria para ir asegurando los preparativos de la cirugía, estamos confi ados en que si la familia requiriese de un apoyo adicional del gobierno para llevar a buen término este esfuerzo de salvación, este se la daría.

El mejor apoyo ha sido la identifi cación del pueblo con la causa de vida de Astrid, que se manifi esta en aportaciones económicas como en oraciones y buenos deseos, que valen tanto o más que el dinero.

¡Todo por Astrid! debe ser la consigna para que Dios, que la ha premiado al traerla al mundo, también le garantice una feliz y fructífera existencia por muchos años.

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