Día de las Madres
Ser madre ha sido siempre la aspiración suprema de toda mujer, aunque la maternidad entraña tantas dificultades y responsabilidades que muchas no se sienten aptas para afrontarlas. En nuestra sociedad tenemos la gama completa de madres: las que concibieron voluntariamente dentro o fuera de un matrimonio; las que llevan en su vientre una criatura fruto de una violación; la de una soltera embarazada y abandonada por su pareja y las que, a destiempo, fueron fecundadas. A ellas les cabe un rol especialísimo frente a sus hijos: acompañarlos y protegerlos todo el tiempo procurándoles educación, atenciones a su salud, alimentación, ropas y techo y orientándolos en las prácticas y conductas más sanas. Pero no todas tienen la dicha de cristalizar estas aspiraciones, por múltiples factores, a menudo conectados con las realidades que viven y los entornos sociales en los que se desenvuelven. Las madres heroínas, sin embargo, son aquellas que llegan hasta el máximo del sacrificio humano para darle todo a sus hijos, aunque muchos de estos resultan a la postre ingratos o desconsiderados con ellas mismas. Afortunadamente, no son la mayoría. A todas estas madres les extendemos hoy un cariñoso abrazo con motivo de su día, en especial a las madres que defienden la vida frente a las insinuaciones o presiones de otros y otras para que aborten a sus criaturas o para que el aborto tenga carta franca de ley en nuestro país.