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Arismendy Díaz: El país está aún muy lejos de una “pensión digna”

El experto señaló que para lograr ese objetivo habría que terminar con una pensión equivalente a un 70% del salario, tener un seguro médico y disponer de servicios sociales.

Arismendi Díaz Santana, experto en temas de la Seguridad Social.

Arismendi Díaz Santana, experto en temas de la Seguridad Social.

En República Dominicana se está muy lejos de una” pensión digna” como se enarboló, según lo expresado por el experto Arismendi Díaz Santana, porque para eso habría que terminar con una pensión equivalente a un 70% del salario, tener un seguro médico y disponer de servicios sociales.

Además, pasar de un seguro de enfermedad a un seguro familiar de salud, que sea un verdadero Plan Básico de Salud (PBS), pero “nada de eso se ha hecho” y se lo han dejado a grupos que hacen millones con el negocio de la salud. Los cambios eliminarían todos los copagos ilegales, que los aplican fuera de la ley. 

Díaz Santana preside la Fundación Seguridad Social para todos (FSSPT), entidad que presenta una propuesta con reemplazos de 70% y 50% para todos los afiliados. 

A continuación la entrevista

¿Por qué la Ley 87-01, que rige el Sistema Dominicano de la Seguridad Social, tiene que ser modificada? Porque vivimos en un mundo de rápidos e importantes cambios que inciden en el SDSS: 1) un rápido desarrollo tecnológico; 2) cambios demográficos debido al envejecimiento de la población, y 3 cambios en el mercado laboral. En este mundo tan mutante, todo tiene que revisarse y renovarse para adecuarse a los cambios.

¿ A qué se debe que a sabiendas de que se requieren mejoras este sistema no ha avanzado como se esperaba? El SDSS requiere de un doble avance: 1) un aumento de la cobertura poblacional hasta cubrir al 100% de la población, a lo cual casi llegamos; y 2) una profunda reforma cualitativa para pasar de un seguro de enfermedad a un seguro familiar de salud. Por eso la Ley 87-01 dispuso un verdadero PBS, la atención primaria y un primer nivel de atención, entre otros. Además, dispuso de una nueva forma de asignación de los recursos y de contratación del personal. Nada de eso se ha hecho. Porque grupos que hacen millones con el negocio de la salud, mantienen un sistema curativo que desprecia la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades. Porque esos cambios eliminarían todos los copagos ilegales, que no están contemplados en la ley.

Y porque con la nueva asignación de los recursos más de 10,000 médicos que cobran y no trabajan tendrían que hacerlo o perderían sus privilegios. 

El SFS cojea apoyado en una costosa muleta (copagos). Cojea porque ha avanzado mucho en cantidad y muy poco en calidad. Por eso tenemos un 96.5% de afiliados, pero todavía el gasto familiar de bolsillo es uno de los más elevados de América Latina. 

A pesar de esa enorme cobertura de gente con carnet, todavía la mortalidad materno infantil es muy alta, una vergüenza nacional. 23 años después, vivimos el reino de la pura medicina curativa.

En el tema previsional, hay quienes plantean el retorno al reparto, otros que siga mixto y otros solo con la capitalización individual, ¿qué opina? El sistema de reparto tiene el atractivo de fijar una pensión de antemano. Pero tiene el inconveniente de que esa pensión no guarda ninguna relación con el aporte de por vida del trabajador, lo cual se traduce en un déficit recurrente, irreversible e incontenible.

Además, constituye una fuente de privilegios inaceptable porque anida las desigualdades sociales y castiga a los contribuyentes, que son quienes la pagan. Lo defienden quienes se benefician de esas distorsiones y privilegios.

Los sistemas de reparto llenaron una función social importante, pero no tienen futuro porque son incapaces de detener o eliminar el déficit actuarial y financiero que le he inherente. En este mundo cambiante, no es viable un sistema que otorga prestaciones futuras y de largo plazo, con soluciones ajenas y de corto plazo.

Ambos sistemas tienen problemas, pero los problemas del sistema de capitalización individual son más fáciles de enfrentar y resolver, porque no hay privilegios, ni politiquería. La gran ventaja de este último es que plantea soluciones de largo plazo a problemas de largo plazo.

Explique cómo sería el punto ideal de una pensión mínima en RD. La OIT acordó una pensión mínima del 45% del salario, la cual es muy baja y elevaría la pobreza e indigencia en el mundo. La Fundación Seguridad Social para todos (FSSPT) tiene una propuesta para garantizar una tasa de reemplazo promedio del 70% para los trabajadores con cotizaciones completas de 360 meses (30 años), y una del 50% para los trabajadores con cotizaciones insuficientes, entre 180 y 300 aportes (15 años y 25 años). Quienes aportes menos de 180 recibirían una pensión solidaria del Estado de acuerdo a su fondo acumulados. Mas las pensiones solidarias para los envejecientes pobres, cubriendo el universo.

Diga las razones para subir los aportes, si usted plantea un 15%, ¿cree que el sector privado aceptaría aportar de 10% a 11%? Cierto. Propongo un 15%, todavía muy por debajo de muchos países de AL, y sólo la mitad del promedio de Europa. Claro que habrá resistencia, por lo que se requiere de mucha información y orientación. 

La ventaja es que el aumento es gradual: pasaría de 9.97% actual al 15% en seis años. El aumento de los trabajadores apenas sería de un 0.25% anual (la cuarta parte de un 1%), y los empleadores de 0.60 anual. Con una buena motivación ello es posible. Si ya México lo logró, porque no podremos nosotros? Es un problema de voluntad política.

Las pensiones son ahora hasta los 65 años, con el mismo aporte y los mismos salarios generales, ¿cómo mejorar eso? La clave de la reforma previsional consiste en garantizar la correspondencia entre los años de aporte y los años de pensión, aumentando los primeros en función de los segundos, es decir, gradualmente. Además, asegurar una mayor correspondencia entre la tasa de reemplazo y el porcentaje de cotización.

¿Puede identificar cómo hacer frente a los retos fundamentales de ambos esquemas (reparto y CI), incluyendo la alta informalidad y la movilidad laboral? Ambos sistemas están en crisis porque se han quedado desfasados en relación a los cambios en el mundo y ba las resistencias de los sindicatos y políticos. Necesitan un rediseño para asegurar una mayor correspondencia entre: el % de aporte y el % de la pensión, entre los años de aporte y los años de pensión. Y en el caso del reparto, entre los beneficios y las aportaciones.

En pensiones, se introdujo por ley el mecanismo programado y vitalicio. Explique la diferencia, ¿Cuál es aconsejable y por qué? Además, ¿por qué se permitieron esas modalidades? La pensión programada: el afiliado controla y es propietario de su fondo de pensión y asume el riesgo de la longevidad. La AFP le calcula su pensión mensual en función de su esperanza de vida como pensionado. Continúa recibiendo los intereses recibidos por el saldo del fondo disponible. En cambio, en la renta vitalicia, el afiliado pierde la propiedad de su fondo y de las utilidades futuras porque lo entrega de manera irreversible a una compañía de seguros, a cambio de una pensión una pensión fija de por vida. Normalmente se calcula la expectativa de vida muy alta a fin de que al fallecer le quede el saldo a la compañía, la cuál, además, hora recibe los beneficios de la inversión del fondo. NO ES ACONSEJABLE ESTA OPCIÓN, porque su costo será mayor que la primera. En ambos casos se requiere de mucha información veraz, y orientación oportuna en defensa de los afiliados.

Explique lo más conveniente a mejorar sobre el Ingreso Tardío. El ingreso tardío es el resultado del retraso en la reforma previsional durante más de 40 años. Se agudiza porque el Estado no ha cumplido con la Ley en cuanto a la entrega del bono de reconocimiento que estableció la Ley 87-01 a favor de los afiliados al IDSS que tenían menos de 45 años al momento de la aprobación de la Ley.

¿Cuál sería el cambio para “pensiones dignas”, sobre la base de una tasa de reemplazo justa? Una pensión digna sería: un 70% del salario más un seguro médico más servicios sociales para los envejecientes como establece la Ley 353-98, del Consejo Nacional de las Personas Envejecientes (Conape).