Panorama laboral 2023
La OIT llama a garantizar el trabajo decente, con mayor equidad para las mujeres
¿Qué es el trabajo decente?. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lo define como una labor que genera un ingreso justo, con seguridad, libertad de opinión y protección social, pero además con igualdad de oportunidades para los hombres y las mujeres, sin discriminación, ni abusos.
En su más reciente informe Panorama Laboral 2023 de América Latina y el Caribe, la OIT llama la atención de fomentar el trabajo decente, sobre la equidad laboral de género y la necesidad de propiciar acciones que eviten la precarización del empleo formal con más puestos de trabajo decente, especialmente en las mujeres.
Y, es que a pesar de los avances registrados en los últimos 30 años, sobre las mujeres pesa una alta inequidad, la recuperación de los mercados laborales terminó este año siendo insuficiente y hay una alta informalidad laboral en la región, según datos del reporte.
Se considera informal a los trabajadores por cuenta propia, que no están regulados, ni están protegidos por la seguridad social.
La tasa de informalidad es aún mayor al valor promedio, alcanzando, en algunos casos, el 70 % o más. En la mayoría de los países con elevados niveles de informalidad, ésta es, incluso aún más alta entre las mujeres, dice.
La OIT explica que el menor dinamismo macroeconómico generó una ralentización de la intensidad de la creación de empleo en lo que va del año y la comparación de las tasas de ocupación promedio del primer semestre de 2023 con igual período del año 2022 (promedio de 16 países) arroja un alza de sólo 1 %.
Más preocupante aún, agrega, es la comparación entre el primer semestre de 2023 y el segundo semestre de 2022 donde la diferencia es negativa en alrededor de 1 %.
Indica que a casi cuatro años de la irrupción de la pandemia por Covid-19, la región en su conjunto exhibe una recuperación plena de la tasa de ocupación y desocupación, aunque insuficiente de la tasa de participación, pero las brechas laborales por género son persistentes y continúan siendo muy elevadas.
En el segundo trimestre de 2023 la tasa de participación laboral femenina regional fue 51 %, 23 puntos porcentuales inferior a la de los hombres (74 %). La tasa de ocupación de las mujeres fue 47 %, siendo inferior en 22.5 puntos porcentuales a la de los hombres (69,6 % La tasa de desocupación, por su parte, fue 7.6 % y 5.6 %, respectivamente.
Los sectores de mayor dinamismo del empleo durante los últimos cuatro años se ubican la construcción, transporte, los servicios financieros y a las empresas y los servicios de salud, dice la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En tres décadas
La región de América Latina y el Caribe enfrenta una serie de retos, y entre estos cita a la automatización, la digitalización y el cambio climático que transforman la naturaleza del trabajo. También, retos más estructurales como la necesidad de mejorar la protección social, garantizar la igualdad de género y tratar la informalidad laboral de manera efectiva.
Sepa más
En este momento de reflexión, reafirmamos nuestro compromiso de trabajar en conjunto con los países de América Latina y el Caribe para abordar estos desafíos con determinación y visión. El futuro del trabajo en la región debe ser inclusivo, resiliente y sostenible. Debemos avanzar hacia un mercado laboral que brinde oportunidades a todas las personas, sin importar su género, origen étnico o condición social.
Lograr la igualdad de género en todos los ámbitos de la vida ha sido establecido como uno de los 17 objetivos de Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible. Para la Organización Internacional del Trabajo promover la igualdad entre mujeres y hombres en el mundo del trabajo forma parte de su mandato ya que está consagrado en su Constitución, como también en la Declaración del Centenario para el Futuro del Trabajo (2019).
Los cuatro Convenios clave de la OIT que promueven la igualdad entre hombres y mujeres, como también la promoción de los derechos en el trabajo para estas últimas son: el Convenio sobre igualdad de remuneración, 1951 (número 100), el Convenio sobre la discriminación en el empleo y la ocupación, 1958 (número 111), el Convenio sobre los trabajadores con responsabilidades familiares, 1981 (m156) y el Convenio sobre la protección de la maternidad, 2000 (número 183).
Los dos primeros se cuentan entre los ocho Convenios fundamentales, mientras que otros dos convenios de especial significado para el trabajo de las mujeres, son justamente dos de los más recientes adoptados por la Conferencia Internacional del Trabajo: el Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos, 2011 (número 189) y el Convenio sobre la violencia y el acoso, 2019 (número 190).