Latinoamericanas decidieron emprender en la pandemia ante crisis económica
Más de la mitad de las 1.500 latinoamericanas que participaron en una encuesta comenzaron a trabajar de manera independiente durante la pandemia de la covid-19 para aportar económicamente a su familia, informaron este lunes los responsables del sondeo.
La encuesta "Mujeres empoderadas" reunió a "1.500 mujeres emprendedoras y no emprendedoras de entre 25 y 55 años que residen en 11 países de América Latina para conocer su voz".
El objetivo del análisis, publicado por la compañía estadounidense de cosméticos y perfumes Avon y la Fundación Avon para las Mujeres, fue producir información a nivel regional y por países para mostrar cuáles son los obstáculos que tienen las mujeres al momento de emprender.
Entre los hallazgos se destaca que el 62 % de todas las encuestadas tiene su propio negocio o trabaja de manera independiente.
También, se evidenció que una de cada tres emprendedoras combina su trabajo independiente con uno de dependencia y que, igualmente, una de cada tres es el principal sostén del hogar.
Del total de consultadas (las cuales fueron mujeres de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay), seis de cada 10 tienen su propio negocio, en su mayoría unipersonal o bien emprendimientos pequeños que no superan los cinco empleados.
Un 70 % de las mujeres cree que aún no ha logrado sus metas de desarrollo laborales, y 7 de cada 10 apuntan que el éxito del trabajo independiente se logra al conseguir el balance entre la vida laboral y la personal.
"La pandemia empujó a muchas mujeres a emprender ya sea porque se quedaron sin empleo, por aprovechar el tiempo libre, porque se dieron cuenta de que es el momento de hacer algo productivo o porque pasaron ese tiempo junto a un maltratador y quieren salir de ese círculo de abuso", explicó por su parte Carolina Henao, directora de la Fundación Avon para las Mujeres para Colombia, Ecuador y Perú.
Al analizar los resultados se estableció que el dinero fue el principal obstáculo para emprender.
Luego, ahondó Henao, "encontramos que el tiempo es otro impedimento porque la mujer sigue dejándose para después ya que la prioridad es atender a la familia".
También, nueve de cada 10 emprendedoras considera a los errores como una fuente de aprendizaje; cuatro de cada 10 cree que ser demasiado emocional es el principal problema que afecta sus relaciones labores, y una de cada 3 piensa que debe enfrentar el prejuicio de haber conseguido el éxito laboral a cambio de favores sexuales.
Entendiendo lo anterior, Henao consideró que "más importante que tener mujeres vendiendo productos de belleza es brindarles la independencia financiera que tanto reclaman porque les va a permitir luchar contra la violencia de la que han sido objeto y dar un paso más hacia el empoderamiento y la equidad".