Australia planea reabrir economía en diciembre tras segunda ola de COVID-19
Australia acumula desde el inicio de la pandemia más de 26,100 casos de COVID-19.
Australia anunció este viernes que planea reabrir la economía en diciembre, tras un rebrote de la COVID-19, si bien aún existen discrepancias entre varios estados del país sobre cómo proceder con la reapertura. El Gobierno australiano tenía prevista la reapertura total de su economía tras suprimir la COVID-19 de su territorio, pero el rebrote en la ciudad de Melbourne el pasado mes de julio desbarató sus planes y obligó a imponer nuevos cierres de negocios no esenciales en el estado de Victoria y de las fronteras entre estados en el resto del país. "Siete de ocho estados y territorios quieren volver a esta posición en diciembre de este año", dijo Morrison a periodistas tras una reunión del Gabinete Nacional, en el que se acordó revisar el plan, que incluirá elementos como aumentar la capacidad de realizar pruebas para detectar la COVID-19, entre otros aspectos. Los estados de Victoria y de Nueva Gales del Sur, que juntos representan más del 55 por ciento de la población y del producto interior bruto (PIB) de Australia, quieren reabrir sus fronteras con otros estados a pesar de estar más afectados por la COVID-19. Pero el estado de "Australia Occidental tiene unas fronteras distintas y una economía muy distinta a la de la mayoría de los estados y territorios", precisó Morrison al explicar la negativa de esta jurisdicción minera, que representa un 14 por ciento de la economía federal, después de Queensland. Morrison también abrió la puerta a crear una "burbuja aérea" con Nueva Zelanda, así como a ampliar el límite de entradas de residentes y ciudadanos australianos. Australia permite actualmente la entrada a 4,000 personas cada semana, que llegan principalmente a Sídney y deben someterse a una cuarentena de 14 días, aunque hay 23,000 residentes y ciudadanos en el extranjero a la espera de retornar a casa. Australia acumula desde el inicio de la pandemia más de 26,100 casos de COVID-19, la mayoría de ellos en Victoria a raíz del rebrote en Melbourne, entre los que se cuentan más de 700 fallecidos.