Charamicos, una obra en la que intervienen muchas manos
Cada año gran variedad de los tradicionales charamicos de diversas formas, tamaños y colores adornan las principales vías de la capital dominicana, como la avenida Winston Churchill, en el Distrito Nacional, o la autopista San Isidro en Santo Domingo Este.
Todos los años para la temporada navideña decenas de hombres y mujeres salen desde temprano a las calles a esperar a los compradores, entre los que a veces se encuentran reconocidos políticos y empresarios.
Lo que se ve cada año en las calles es el resultado de un arduo trabajo de muchas personas que duran hasta un día completo para confeccionar una sola pieza como un arbolito.
“Esto tiene su sacrificio, pero la gente sólo lo ve como palo del monte”, afirma Cándido Santos, quien tiene un puesto de ventas en la avenida Winston Churchill.
Materiales Santos agrega que la confección de las piezas conlleva tiempo e inversión porque además de la maleza se usa pintura, escarcha y clavos para elaborarlos. Destaca que una libra de escarcha cuesta RD$340 y la pintura entre RD$600 y RD$700.
“Aquí hay talleres que compran 100 cubetas de pintura”, subraya.
A esto se suma la recolección de la maleza, que son principalmente ramas de olivo, en la que también participan varias personas que las recogen en fincas de las afueras de la ciudad como Villa Altagracia.
Evolución Reynaldo de Jesús, quien confecciona y vende charamicos en la avenida Winston Churchill hace más de 30 años, coincide con Santos en que cada vez hay que elaborar piezas más complejas. “Cuando yo hacía arbolitos solo existían las coronas y arbolitos, luego se hacían los burritos, el angelito (Ö). Se fue avanzado. Se fue invirtiendo más en el negocio para tener más cantidad y variedad”, destaca Santos.
De Jesús agrega que ahora también hacen piezas para bodas y que hay personas que llevan fotografías con las decoraciones que quieren.
Historias personales Para Cándido Santos esta es la su mejor época del año en términos económicos, pues el resto del año se dedica a vender frutas, pero sus ingresos son mínimos en comparación con la venta de charamicos.
“Esta es mi fuente de trabajo durante dos meses, luego tengo que irme a hacer otra cosa. Con las frutas uno chelea. La venta buena es en diciembre (con los charamicos)”, afirma.
Dice que hay días en los que puede conseguir hasta RD$20,000, pero otros se puede “ir en blanco”. Explica que lo mejor es cuando la gente compra al por mayor.
Reynaldo de Jesús trabajaba en la construcción y hace 37 años se dio cuenta de que la fabricación y venta de charamicos era un mejor negocio, más rentable. Por eso, contrario a Santos, se mantiene en el negocio durante todo el año porque como los clientes saben donde está ubicada su fábrica compran o mandan a hacer algunas piezas.
“Se pica el año entero, no igual, pero se pica”, expresó. Dice que en el “tiempo muerto” trabajan junto a él sus dos hijos y otra persona, pero para esta época tiene alrededor de 12 trabajadores.