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Iniciativa

Diez razones para aplaudir visión de China sobre futuro de la humanidad

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Miguel MejíaSanto Domingo, RD

El pasado 26 de abril, el presidente chino Xi Jinping pronunció un esclarecedor discurso en la inauguración del Segundo Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional. Se encontraban jefes de Estado y de Gobierno, representantes de alto nivel y responsables de organizaciones internacionales.

Lo novedoso de la intervención del presidente Xi Jinping está relacionado con el enfoque solidario y humano que una superpotencia como la República Popular China ya está imprimiendo en las relaciones económicas, el comercio y el desarrollo de todas las naciones del planeta. China, hoy por hoy, ocupa el segundo lugar a escala internacional entre sus iguales y se halla en medio de un acelerado avance y ascenso que le depara ocupar el primer lugar, a escala global, en un futuro no muy lejano.

Interesa a todos, sin excepciones, escuchar y analizar la visión china del futuro expuesta por el presidente Xi Jinping. Sobre todo, lo inédito acerca del futuro de la humanidad. La Franja y la Ruta de la Seda se ha convertido en la principal estrategia geopolítica del gigante asiático en su ascenso como potencia global.

En palabras del propio presidente chino, “Öla Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) tiene como objetivo mejorar la conectividad, profundizar la colaboración sustancial y enfrentar los riesgos globales que acechan a la humanidad con miras al beneficio mutuo, la ganancia compartida y el desarrollo común”. Dicho en otras palabras, el enfoque futurista chino no parte de la consigna egoísta que caracteriza hoy la visión norteamericana en sus relaciones con el exterior y que se resumen en la fórmula “América primero”.

En primer lugar, China ofrece una nueva forma de relacionamiento global, propugna una colaboración humana e inclusiva para enfrentar de manera conjunta los desafíos globales y generar beneficios para las partes y pide que todos ganen en los intercambios comerciales y que el desarrollo no sea privilegio de antiguas potencias coloniales e imperialistas, sino de todos los pueblos del mundo.

En segundo lugar, reconoce el éxito de esta iniciativa, al firmar memorándum de entendimiento (MOU) con más de 150 países y organizaciones internacionales, lo cual significa que la humanidad está consciente de que el futuro no puede estar basado en el egoísmo, el desarrollo por separado, el avasallamiento de los más débiles o la exclusión.

En tercer lugar, se promueve la visión de que las inversiones y los programas de estímulo al desarrollo deben dejar de ser armas de presión y chantaje en la arena internacional para convertirse en “Ö herramientas para lograr la gobernanza mundial y el bienestar de todos los pueblos”

En cuarto lugar, China aboga por “Ö insistir en los principios de consulta, cooperación y beneficios para todos”, o sea, por la promoción del multilateralismo, en vez de intentar regresar al proteccionismo y el unilateralismo de las potencias. En quinto lugar, el presidente chino dejó claro que “Ö debemos insistir en los conceptos de apertura, desarrollo verde e integridad moral”, o de desarrollo, no a costa de la destrucción del medio ambiente, ni creando castas enriquecidas que promuevan la corrupción.

En sexto lugar, afirmó que “Ö debemos velar porque la cooperación sea de alta calidad y sostenibilidad en beneficio del pueblo”, no de élites de poder trasnacional, a costa del sufrimiento y el trabajo de las mayorías. El presidente Xi Jinping no titubeó en precisar que “Öcentrarse en el pueblo siempre debe ser nuestra concepción del desarrollo, por lo que debemos dar enfoque especial a reducir la pobreza, aumentar el empleo e incrementar el bienestar del pueblo”.

En séptimo lugar, el enfoque chino acerca del desarrollo futuro acentúa en las inversiones dirigidas a la producción, la conectividad y el comercio, no en los lujos suntuarios, el derroche consumista, ni las infraestructuras pensadas para minorías privilegiadas. La definición es clara: “las infraestructuras de alta calidad sostenibles, resistentes a los desastres, económicamente razonables, inclusivas y accesibles, ayudarán a los países a aprovechar sus recursos naturales e integrarse mejor en las cadenas globales de suministro, producción y valor en pos del desarrollo interconectado”.

En octavo lugar, se reconoce que “Ö la innovación es una fuerza productiva y de ella depende la competitividad de las empresas y la prosperidad de los países. Debemos adaptarnos -se enfatiza- a la cuarta revolución industrial, captar las oportunidades de tecnología digital, cibernética y de inteligencia artificial, y encontrar nuevas fuerzas motrices de crecimiento y vías de desarrolloÖ”, a fin de construir la Ruta de la Seda Digital y la Ruta de la Seda Innovadora. No es casual que junto a EE.UU. y Corea, hoy China sea líder en la tecnología 5G y esta es a su vez una de las principales causas de la confrontación Washington-Beijing, en la que el rostro es la llamada guerra comercial. En noveno lugar, se asume que “Ö el desequilibrio en el desarrollo es el mayor desequilibrio en el mundo actualÖ Debemos reforzar la cooperación internacional para el desarrollo, con vista a crear más oportunidades y espacios de crecimiento para los países en vía de desarrollo, ayudándoles a salir de la pobreza y alcanzar el desarrollo sostenible”.

Por último, en décimo lugar, se llama a “Ö tender puentes de aprendizaje mutuo entre civilizaciones, profundizar la cooperación en educación, ciencia, cultura, deportes, salud; aumentar los contactos entre cuerpos legislativos, partidos políticos y sociedades civilesÖ”

También, las directrices que regirán el desarrollo de China: ampliar las inversiones extranjeras en el país, redoblar esfuerzos en cooperación internacional, aumentar la importación de bienes y servicios, coordinar mejor las políticas macroeconómicas e implementar con mayor empeño las políticas de reforma y apertura.

En estos días visitó el país David Bohigian, director de la OPIC de Estados Unidos, y pidió a la población “evaluar los resultados de las relaciones RD-China”. Se podrían poner sobre la mesa estadísticas y datos concretos que explican que los vínculos mutuos marchan bien. Yo prefiero poner en el tapete de la discusión la visión norteamericana del desarrollo pasado, presente y perspectivo de la humanidad y compararla con la visión china aquí expresada. Y que cada cual saque sus propias conclusiones.

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