Advierten riesgos para AL en torno al acero

Rafael Rubio, director general de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), alertó sobre los diferentes riesgos que corre el mercado latinoamericano luego de las modificaciones arancelarias que realizó Estados Unidos a las importaciones de acero y aluminio, que actualmente grava en un 25% a la República Dominicana desde el 27 de marzo del reciente año 2018.

Según Rubio, los mercados ya comenzaron a experimentar alzas de las tasas de interés, proteccionismo y guerras comerciales entre los países, incremento de los niveles de deuda pública y privada, así como debilidad del dólar y del yuan, menor liquidez mundial y volatilidad de los tipos de cambio.

El experto dio estas declaraciones durante el desarrollo de la conferencia-taller “Economía del Mercado del Acero y Regulación Técnica del Acero”, dedicada al sector industrial y empresarial del país, organizada por la Asociación Dominicana del Acero (Adoacero).

De su lado, Juan Carlos Gutiérrez, director ejecutivo del Instituto Chileno del Acero (ICHA), expuso durante su participación sobre la importancia de que en cada país latinoamericano exista un marco regulatorio que permita tener un mayor control de la calidad de los materiales que otros países exportan.

El volumen de acero que se exporta desde América Latina es de 10 a 15 millones de toneladas anualmente. Un 40% de la misma se dirige hacia el mercado de los Estados Unidos en distintas formas. En el caso de República Dominicana, las exportaciones del acero representan un 80% del mercado local de Puerto Rico, dirigiéndose además a Jamaica y a Haití en un porcentaje muy menor, debido a la veda que el país vecino aún mantiene vigente sobre varios productos de origen criollo.

Producción local: Alfredo Badui, director ejecutivo de la Asociación Dominicana del Acero Adoacero expresó que “nuestro interés es que entre todos los actores de nuestro país debemos de aunar esfuerzos para hacer frente a acciones de esta naturaleza y así poder proteger nuestra producción nacional y nuestros empleos, porque una desviación de productos hacia nuestros países sin los controles de calidad debidos pudiera ser muy perjudicial a nuestras economías”

Baduí explicó que aquellos países que que no puedan entrar al mercado americano buscarán nuevos horizontes.