ESPIRITUAL

Volvamos a la fuente

La Palabra de Dios es la fuente inagotable de todos los tiempos. La Biblia es la propia vida y Palabra de Dios. Desde las palabras mismas de los manuscritos originales, la Biblia es absolutamente veraz, digna de confianza e infalible. No hay palabras humanas ni declaraciones de instituciones religiosas que igualen su autoridad. La Palabra de Dios es el registro escrito de lo que han dicho los profetas, los apóstoles y Jesús, es decir, las Escrituras. En el Nuevo Testamento, no importaba si un escritor empleaba la frase “Moisés dijo”, “David dijo”, “el Espíritu Santo dice”, o “Dios dice”; lo que estaba escrito en la Biblia era la Palabra de Dios. La Palabra de Dios ha producido impacto a través de la historia. Por ejemplo, George Washington afirmaba que “es imposible gobernar al mundo con justicia, sin Dios y sin la Biblia". Abraham Lincoln creía que la Biblia es el mejor regalo que Dios ha dado al hombre. Mahatma Gandhi dijo: “Cuando el país suyo y el mío obren a una en conformidad con las enseñanzas que Cristo estableció en el Sermón del Monte, habremos resuelto no sólo los problemas de nuestros países, sino los del mundo entero”. Si revisamos nuestra propia historia, podemos notar que el padre de la patria Juan Pablo Duarte estructuró sus pensamientos e ideales independentistas basándolos en la Palabra de Dios, los cuales van mas allá de una simple libertad de orden socio-político, sino también extendiéndose al orden espiritual. Duarte resume su ideal en tres grandes palabras que coloca en la parte alta de nuestro escudo: DIOS, PATRIA y LIBERTAD. Duarte proclamó la Palabra de Dios en el centro del escudo citando a Juan 8:32 “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libre”. Estamos viviendo en la actualidad momentos de crisis social, política, económica e incluso espiritual. Sobre todas las cosas lo que más nuestro país necesita es volver a los fundamentos de la Palabra de Dios. A través de los tiempos, la Palabra de Dios ha sido el medio que Dios ha usado para llamar a pueblos, ciudades y naciones enteras para producir cambios. Necesitamos reconocer que nuestros conocimientos, habilidades y recursos son insuficientes para hacerle frente al desafío de la vida. Lo que nuestro país necesita no son más avances tecnológicos, necesitamos volver al fundamento de la Palabra de Dios y obedecerla. No podemos sacar la Palabra de Dios de la familia, no podemos sacar la Palabra de Dios del sistema de educación, del gobierno, del sistema judicial, no podemos sacar a Dios de los medios de comunicación. Necesitamos volver a la fuente. “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” (2 Crónicas 7:14). Cuando los terroristas derribaron las torres gemelas en el año 2001, le preguntaron a la hija del evangelista Billy Graham: “¿Dónde estaba Dios cuando esta catástrofe sucedió?” Ella respondió: “En el mismo lugar que estaba cuando lo sacaron de las escuelas, prohibiendo la lectura de la Biblia y la oración”. La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (Hebreos 4:12-13). El propósito de Dios es que todas las naciones de la tierra reconozcan su autoridad y le sirvan “porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Dios, como las aguas cubren el mar” (Habacuc 2:14). La República Dominicana está marcada por Dios para cumplir con un propósito grande. No solo será reconocida por grandes peloteros y merengueros, será conocida por gente que reconoce a Dios y le sirve de todo corazón. La clave principal para el avivamiento que estamos esperando es La Palabra de Dios. Decretamos que el diseño de Dios se cumple sobre esta nación y que su reino se establece en cada persona, en cada familia y en todo lugar. Si queremos ver una República Dominicana diferente, volvamos a la fuente. Dejemos que Dios bendiga nuestra patria, proclamemos la Palabra de Dios y así disfrutaremos de la libertad que sólo viene cuando Cristo es el todo en todo. Todos los años en el mes de septiembre se celebra el mes de la Biblia. Puede adquirir Biblias de diferentes versiones y traducciones a un precio muy por debajo del precio regular. Puede conseguir su Biblia en: La Liga Bíblica (Santiago) 809-971-6466 Avenida Sabana Larga #121 (próximo a Las Carreras) La Sociedad Bíblica (Santo Domingo) 809-685-2025, Juan Pablo Pina #8, Villa Consuelo ¡Regale una Biblia a alguien! Es el mejor regalo.

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