DESTINO INTERNACIONAL
Alaska: Un verdadero paraíso terrenal
El más grande de los estados de Estados Unidos no siempre fue parte de esta norteña nación. Dicho territorio, con más de un millón y medio de kilómetros cuadrados; y la más extensa costa norteamericana, fue comprado en 1867 al gobierno ruso por cerca de 7.2 millones de dólares. Hace 55 años, en 1959, fue proclamado el penúltimo de sus estados, curiosamente sin que limite físicamente con ningún otro del país, pues lo rodean Canadá, los océanos Pacífico y Glaciar Ártico; y el Mar de Bering, cuyo estrecho es la distancia más corta entre América y Asia: unos 85 kilómetros. Alaska no sólo es inigualable; es, también, inolvidable. Es un lugar tan puro, tan precioso, tan celestial, en el que las montañas nevadas contrastan magníficamente con la exuberante vegetación; donde los animales deambulan en su hábitat natural, mientras curiosos turistas se deleitan con su cercana presencia. Tierra en la que los fenómenos más estudiados de la ciencia transcurren naturalmente frente a nuestros ojos, brindándonos una abrumadora lección de autenticidad, de compromiso con el medio ambiente y de humildad; donde la grandeza de innumerables paisajes de postal se conjuga con la calidez y sencillez de sus habitantes; donde el tiempo parece no transcurrir, mientras observamos el reloj deseando que la experiencia no acabe jamás. Ochocientos mil visitantes en crucerosNo es de extrañar, pues, que en las últimas décadas Alaska se haya convertido en uno de “los” destinos turísticos por excelencia recibiendo, tan solo en cruceros, más de 800,000 visitantes al año. Su riqueza natural y su inmensidad, sobrepasan con creces la comprensión humana y nos hacen sentir como en ningún otro lugar del planeta. En Alaska, no sólo es posible ver numerosos glaciares y probar sus platos típicos, sino que también es muy factible esta de pie sobre algunos de esos colosos, escalarlos, hacer un picnic cerca o incluso recorrerlos montado en un trineo guiado por perros, el deporte oficial del estado. Alaska se divide en cinco zonas principales: el Inside Passage o Pasaje Interior ;y las regiones Centrosur, Suroeste, Interior y Lejano Norte. Luego de visitar Alaska, no somos ni seremos los mismos. Nuestra mente, nuestros sentidos y nuestro aprecio por esa creación maravillosa de la que afortunadamente somos parte se engrandecen, mientras nos sentimos humildes y comprometidos a preservar tan magno espectáculo, para nuestro bienestar y el de muchos otros que podrían seguir nuestros pasos.