PSICOLOGíA
Navidad es tiempo de dar
El principal obstáculo que debemos vencer para poder dar y recibir en esta época, somos nosotros mismos
Estudios realizados por investigadores del Baker Research Institute y otras organizaciones, han señalado que los sentimientos de nostalgia, de apego, de bondad, de solidaridad, de valoración, de reflexión que concebimos en la época de Navidad son debido (en una parte) a que uno de los neurotransmisores (serotonina) que se activa en el cuerpo con la penetración de los rayos solares. Disminuye por el poco sol que se presenta en estos días. Este hecho nos indica que la misma naturaleza fomenta y promueve que Navidad es un tiempo de dar. La Escuela Cognitiva, establece que toda acción inicia con un pensamiento y que esos guiones se construyen a través de las experiencias que comienzan a formarse a niveles muy tempranos, iniciando en la relación del niño con sus padres. Ésto nos permite llegar a la conclusión de que la dificultad que mostramos en muchas ocasiones para dar, otorgar, suministrar, exhibir nuestros sentimientos, sin lugar a dudas, tiene que ver con eventos del pasado que marcaron nuestras vidas, en donde no nos permitían manifestar nuestras emociones, pues se consideraban una muestra de debilidad o irrespeto. Si nos permitimos ser honestos, tenemos que llegar a la conclusión de que el principal obstáculo que debemos vencer para poder dar y recibir en esta Navidad somos nosotros mismos. Convicción de vida Según exposiciones, el dar viene como resultado de una manifestación de sentimientos; sin embargo, dicha expresión no debe estar determinada por los sentimientos, ni las circunstancias, sino por una convicción de vida que provoca una decisión, que se traduce en una acción. Más acciones y menos pensamientos Los latinoamericanos somos especialistas en ideas muy creativas:“¡Vamos hacer un intercambio familiar!”, “¡Le voy a escribir una carta a mis padres!”, “¡Voy a regalar unas tarjetas con versículos bíblicos a mis compañeros de trabajo!”, “¡Voy a preparar un pasadía familiar!”, “¡Este año, en la cena, voy a decirle a mi familia lo importante que son para mí!”, “¡Prepararé una cena especial para los niños del barrio…!” Empero, no vemos los resultados de esas ideas porque no las ponemos en práctica. Permítanme decirles que Dios no bendice nuestros pensamientos, sino nuestras acciones. Si queremos experimentar la satisfacción que sienten aquéllos que dan, debemos: Detenernos y examinar qué es realmente importante en la vida. Valorar y cultivar lo que Dios nos ha dado. Vencer el temor por los resultados. Escribir nuestras ideas, elaborar un plan de acción e implementarlo. En esta época del año, celebramos precisamente el nacimiento de uno que se hizo hombre, Jesucristo, justamente para otorgarnos el perdón y la calidad de vida que todos queremos tener. El valorar e imitar el ejemplo del que es el motivo de la Navidad, debe llevarnos a hacer nuestro el principio: “Es mejor dar que recibir”. Cuando recibimos y no damos, nos secamos como aquellos lagos donde no hay vida porque el agua queda estancada; no así, con aquellos ríos que están llenos de vida porque generosamente transmiten el agua que reciben. Te insto a que venzas los obstáculos y que te atrevas a afirmar: “Navidad es tiempo de Dar”.