Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

AGUAS FRESCAS

Desalojo aprobado por Dios

Sus armas no son las convencionales, sino poderosas en Dios para destruir fortalezas. Por eso, atrévanse a derribar cualquier argumento opositor al conocimiento de Cristo llevando preso aquellos pensamientos sujetándolos a Cristo. 2Cor 10:5

“Lo alcancé a ver en la penumbra, estaba cabizbajo, silencioso… parecía preocupado. Me acerqué con temor, su silencio suele ser más peligroso que sus palabras, por eso, con voz pasiva pregunté: ¿te ocurre algo? No respondió. No se movió siquiera. Así es él cuando algo le preocupa, se ensimisma, se sustrae de la realidad, pierde hasta la noción del tiempo y el espacio. Ni siquiera me miró…” Con esas palabras me describía una amiga lectora la actitud extraña de su esposo. Meses atrás, por fuertes presiones económicas, hizo una mala inversión que dio al traste con los pocos ahorros que como familia tenían. Ahora está sin dinero, sin negocio, con deudas y como pasa de 50 años no consigue empleo. Un solo pensamiento lo domina: el suicidio. Esa conversión me motivó a escribir sobre el pensamiento y cómo sutil y sigilosamente cambia nuestra vida. El escritor del libro “El monje que vendió su Ferrari”, dice que la mente es como un jardín, donde crecen bellas flores, pero también malezas… Y tiene razón, la mente tiene la capacidad de almacenar tantas cosas, que podríamos ser sorprendidos, porque como relataba la amiga, el temor se justifica porque no sabemos lo que el otro está pensando y eso sinceramente nos asusta… ¿Te ha ocurrido alguna vez? Es una especie de lucha mental. De repente un pensamiento llega como una visita furtiva, crees que será sólo un momento, pero al acostarte está ahí, sueñas con lo mismo y al despertarte ese pensamiento forma parte de ti. ¿Qué hacer? Depende de qué tipo de pensamiento nos invada. En los juzgados vemos acusados de crímenes admitir que se le “metió en la mente algo malo”, y no pudieron detenerse, por venganza, pasión o ambición, anidan una idea y van dándole forma cada vez hasta materializar lo proyectado. Lo curioso es que luego que lo ejecutan muestran arrepentimiento como si no hubiesen deseado genuinamente cometer ese hecho. Es que los pensamientos pueden ser enemigos potencialmente peligrosos y al igual que en la figura del jardín utilizada al principio hay un trabajo que realizar; no podemos soltar la mente a su deseo permitiéndole pensar como quiere porque no somos responsables de los pensamientos que llegan, pero sí de los que permanece. Hay que mantener una vigilancia extrema, observar que pensamiento se cuela, estamos autorizados, podemos darle órdenes, la mente tiene que saber que no tiene derecho de alojar allí al pensamiento que llegue, sino a quien nosotros le demos la bienvenida. Ocurre que tenemos tantas ocupaciones con lo tangible “como para perder tiempo”, con asuntos que ni siquiera se ven, asumimos que es sólo un pensamiento. Pensar así es el primer paso para la invasión masiva, en breve te darás cuenta que hay una lucha atroz en tu mente y no sabes cómo resolverlo y en realidad llega el momento en que no somos competentes, porque la mente nos gana la batalla y quedamos a merced de las órdenes que ella emita y eso no puede seguir ocurriendo porque tenemos de parte nuestra la ley que nos ha delegado autoridad suficiente, incluso para sacarlos. Esos pensamientos depresivos, de derrota, de dolor, de suicidio, de falsa valoración que te hacen creer que estás por encima de los demás, o de inferioridad que piensas que eres una alfombra que todos deben pisar, ese pensamiento amargo que te destruye la vida por un mal recuerdo, ese pensamiento de inutilidad que te convence que no sirves para nada, que tienes mala suerte, que todos te odian, que eres el causante de todos los problemas, esos pensamientos hoy pueden comenzar a desaparecer, porque Dios, el Todopoderoso que te formó, dice que lo desalojes, Él es la autoridad y te asegura que puedes hacerlo “la ley” está de tu parte, son sólo argumentos, puedes sujetarlos, derribarlos y obligarlos a que salgan de tu territorio. Tus armas no son las convencionales, tienes armamentos poderosos en Dios que destruyen fortalezas. Los pensamiento negativos llévalos cautivos a la obediencia a Cristo porque están ahí para evitar que conozcas a Cristo, de Él recibirás un excelente abono con el que tu mente puede producir buenos frutos, dice la Biblia que “en todo lo honesto, lo puro, lo que sea virtuoso, lo de buen nombre, pienses en eso”. Se puede, serás productivo, estarás alegre porque Jesús dijo: “el hombre es como piensa”, de manera que, todo lo que no sea de buen nombre desalójalo, saca esos pensamientos de tu mente y dale la bienvenida en el jardín de tu mente a lo agradable y positivo. Dios te bendiga.franciatejera@aguasfrescas.org

Tags relacionados