Thomas Karrer

Este hijo adoptivo de Punta Cana ha encontrado en la cabina de un avión su refugio. El inquieto piloto, nos cuenta importantes detalles del fascinante mundo de la aviación

Thomas Karrer es todo un personaje. De hecho, es el único dominicano, no hijo de padres criollos que nació en Austria. Así como lo está leyendo. Sucede que para ejercer su función de piloto comercial en el país, tuvo que ampararse en un recurso legal que le permitió ostentar las dos nacionalidades. Ahora él tiene todos los derechos y deberes de un ciudadano común, tanto de aquí como de allá. “Cuando llegué al país, hace 15 años no era piloto, lo aprendí aquí unos 5 ó 6 años atrás. En principio tenía mi licencia para vuelos comerciales, pero al cambiar las leyes de aviación, me la quitaron. Fue por eso que me asesoré sobre el tema y afortunadamente existía una ley especial que me permitió asumir la ciudadanía dominicana y quedarme con la austriaca”, comenta. Karrer es dueño de dos empresas relacionadas con la aviación. La primera de ellas es Takeoff Destination Service S.A., una agencia de viajes y touroperadores, dedicada al transporte turístico de pasajeros. Su fuerte son las excursiones hacia Samaná, aunque igual pueden viajar hacia Santo Domingo u otra parte del país. La segunda y, la más interesante de las dos, es Plane Shares Dominicana CxA., un concepto nuevo en el país, en donde personas que necesitan trasladarse de un punto a otro en avión, tienen la facilidad de convertirse en copropietarios de una aeronave sin el dolor de cabeza que esto representa en lo concerniente a la contratación del piloto, gastos de combustible, mantenimiento ni nada por el estilo. - ¿De dónde nació la idea de crear Plane Shares?- Observamos cómo muchos comerciantes y empresarios necesitaban constantemente estar moviéndose de una parte de la isla a la otra, más de dos veces a la semana. Muchos de ellos lo hacían desde Punta Cana a Santo Domingo o Samaná y viceversa. Para lograr su propósito ellos debían irse en auto, comprar un boleto en una línea aérea comercial local (cuando apareciera), alquilar un avión privado o, en el último de los casos, comprar su propia aeronave. Fue así que, apoyado en el buen resultado que este sistema le ha aportado a la compañía estadounidense Netjets, decidimos acercarnos a unas cuantas personas y les hicimos la propuesta de crear el concepto a nivel local. - ¿Cómo funciona?- Es sencillo. Los copropietarios adquieren un 5% del avión (unos US$15,000) y hacer un aporte mensual de unos US$300. Esto le garantiza un avión con el piloto, el mantenimiento, el seguro, parqueo y el combustible del mismo, siempre que lo desee. Su única misión es solicitar el avión con tiempo y esperarlo en un lugar determinado. El proyecto ha tenido muy buena aceptación entre los ingenieros y arquitectos del área turística. - ¿Los US$300 mensuales son desembolsados viaje o no se viaje?- Así es. De ahí sale el gasto de mantenimiento y los demás costos. Cualquiera que tenga un avión sabe que con ellos se incurre en dos tipos de costos: el fijo, que se genera vuele o no vuele el avión (el salario del piloto, el seguro y el parqueo, que te garantizan las suscripciones que se necesitan para la carta de navegación y para que los equipos del avión siempre estén actualizados) y los costos directos, que se inician desde el primer momento que enciendes el motor: la gasolina y el mantenimiento. - ¿Qué se hace para mantener en buen estado una aeronave?- En aviones pequeños, como el nuestro, cada 50 horas se cambia el aceite, se chequean las bujías y se cambia el filtro. Cada 100 horas se chequea la compresión de los cilindros, se chequea la bomba de los frenos y, luego, cada 500 horas, se chequean los magnetos. - Debe costar un dineral- Si te pones a calcular, relativamente no es más caro que el mantenimiento de un automóvil, considerando que el avión en 50 horas te lleva casi 20 mil kilómetros, pues vuela a unos 300 km/h. Un auto con 20 mil kilómetros ya ha visitado varias veces al mecánico. - Sí, pero alguien me comentaba que el motor tiene un tiempo de trabajo limitado - Cada 2 mil horas de vuelo hay que cambiarle todo al motor. Eso tiene un costo de US$35,000. Ahora bien, estas 2 mil horas te hacen recorrer 600 ó 700 mil kilómetros. ¿Qué auto hace esto? ¡Ninguno! En conclusión, el costo de mantenimiento de un avión no es más caro que el de un auto. - ¡Oh!, ya entiendo. Me comentabas que tu avión es pequeño, ¿de qué tipo es y háblanos un poco de tus socios?- Es un Lancair Columbia 300 del 2003. Una belleza de avión. Entre los copropietarios tenemos a dueños de constructoras, inmobiliarias y dos agencias de viajes que necesitan mover a sus empleados y cosas así. Pero hay dos de ellos de los cuales quiero hacer mención especial. Me refiero al doctor José Antonio Mora Delgado, que se desempeña como médico en Puerto Rico y pastor de una iglesia en Punta Cana (él viene dos veces a la semana desde Puerto Rico) y el ingeniero Hugo Pérez, presidente de la Constructora Therrestra S.A. y principal responsable de la construcción de los complejos hoteleros Bahía Príncipe. Ellos pagaron más de una participación para que el proyecto comenzara a funcionar. Ambos, junto a un servidor fuimos los fundadores de Plane Shares Dominicana. -¿Cómo llegó tu pasión por los aviones?- Cuando llegué al país comencé a vender excursiones en avión para touroperadores grandes, que eran principalmente alemanes. En eso duré casi unos 10 años. Ese tipo de ofertas turísticas era muy bien remuneradas. Con decirte que, si una excursión a la isla Saona costaba unos US$60, nosotros la hacíamos en avión por US$200 ó US$250. Y el volumen de venta era mucho. Montábamos de 300 a 500 personas semanales. Durante todo este arduo trabajo compartía mucho con los pilotos y algunos los tenía en mi casa, que para ese tiempo estaba en Casa de Campo (La Romana). Llegué a un punto que me sentía medio mal, por estar hablando tanto de la aviación y no saber el funcionamiento básico de una aeronave. Fue así que me decidí a realizar el curso para obtener la licencia de Piloto Privado, con el propósito de por lo menos conocer el funcionamiento de los aviones. Esta licencia, la primera de todas, te permite volar un avión privado y llevar los pasajeros que desees, siempre y cuando no se cobre por este servicio. Tampoco puedes hacerlo de noche o con mal tiempo. - Y ese fue el detonante- Sí. La experiencia fue tan enriquecedora y me gustó tanto que seguí fortaleciendo lo aprendido con las lecciones de Piloto Instrumentos (pilotear una aeronave sin referencia visual y dura casi más tiempo que el de aprender a volar), luego Piloto Comercial (que no es más que la acumulación de horas de vuelo que tengas, sumado a otros exámenes y otros chequeos), Instructor de Vuelos (para enseñar a otros), Dos Motores, Riesgo, etc. Hice todo lo que uno puede hacer. Al final me compré un avión pequeño, luego lo cambié por otro y así sucesivamente. Este es el quinto que he tenido. - ¿Dónde puede uno convertirse en piloto profesional?- El país tiene unas cuatro escuelas. El de Piloto Privado lo hice en una que ya no existe. El de Comercial, Instrumento y Multimotores los hice en el Aeroclub Dominicano. - ¿Hay reglas especiales a la hora de pilotear un avión?- Si pesa más de 12,500 libras o tiene turbinas, es necesario hacer un curso especial dentro de un simulador. Este es impartido en los Estados Unidos (en Texas, Dallas o Miami). Su costo está entre los US$10,000 y US$30,000 y dura dos o tres semanas. - ¡Cuánto! ¿Qué tan cara es esta profesión?- No es barata, pero no es mucho más cara que cualquier otra profesión, sólo que el dinero se necesita casi todo junto. Lo que podría gastar haciendo una carrera de derecho internacional en cinco años, en la aviación debes hacerlo en uno. - Ok, pero, ¿de qué cantidad de dinero estamos hablando?- Para convertirte en Piloto Privado debes desembolsar unos US$7,000. Para hacer el de Piloto Comercial, bien hecho, en escuela, haciendo tus horas, sale como en unos US$25,000 ó US$30,000. Si es pirateando (montarse con otro piloto en un avión privado para ir acumulando horas de vuelo) estamos hablando de algunos US$12,000 ó US$15,000. En ambos casos puede hacerse en un año. - ¡Dios mío! Pero, ¿qué la hace tan fascinante para que una persona invierta todo ese dinero en aprenderla en un país donde no existen muchas líneas aéreas?- Para que entiendas cuál es el misterio, en la vida cotidiana de los seres humanos hay dos dimensiones: derecha o izquierda (para delante o para atrás). En la del piloto existen cuatro: izquierda, derecha, arriba y abajo. El estar en más de dos dimensiones es lo que te hace adicto a volar. Lo mismo sucede con el buceo, que la profundidad te vuelve loco y necesitas estar sumergido para sentirte realizado. Naturalmente, en la aviación hay que pensar más rápido y eso te dispara la adrenalina. - ¿Y las posibilidades de empleo?- Existen diferentes campos laborales. Puedes brindarles tus servicios a compañías privadas, como es el caso de la Coca-Cola o Casa de Campo; están las líneas aéreas, que tienen pilotos sólo para vuelos charters y los otros trabajan en vuelos programados. En mi caso, trabajo para mis propias compañías y una de ellas tiene ocho socios, que necesitan de mis servicios. - Háblanos un poco de tu vida privada- ¿Qué te puedo decir? Mi madre murió cuando tenía apenas 10 años. De ese tiempo hasta los 15 estuve interno en una escuela. Fue una etapa muy difícil. Trabajé en mil cosas y eso me atrasó en los estudios. Comencé el bachillerato a los 20 años y al terminarlo, las mismas necesidades familiares me hicieron comenzar a trabajar inmediatamente. Viví en Austria hasta la edad de 24 años. Allí tenía un cóctel bar. Luego me fui a Munich (Alemania) a estudiar, pero al final no hubo tiempo ni dinero para eso, por lo que me dediqué a las ventas y la gastronomía. Antes de venir aquí trabajaba como gerente de un restaurante steakhouse en Salzburgo, la ciudad donde nació Mozart. - ¿Y tu llegada al país?- Me casé con una dominicana que me trajo a este bello lugar. Pero llegando aquí comenzaron los problemas entre los dos y tuvimos que separarnos. Después me volví a casar y mantengo una relación estable con mi esposa y mis dos hijos. - ¿Este trabajo te permite dedicarle algún tiempo a tu familia?- Realmente no mucho. La vida mía no es normal como la de una persona que trabaja hasta la 6:00 de la tarde y luego se va a su casa. Mi horario es sumamente complicado. De hecho, anoche tuve que amanecer en Santo Domingo. En ocasiones estoy tan cargado de trabajo que no deseo volar más y necesito un descanso. Pero, a los dos días me siento igual o peor que si no lo hago. Yo necesito estar dentro de un avión. - ¿Siempre has vivido aquí, en el Este?- Siempre. Ahora resido en Bávaro y puedo decirte que nunca me he sentido aburrido ni me ha pasado por la cabeza, ni siquiera por un instante, salir de este país. He de confesarte que en todo este tiempo que llevo aquí nunca he vuelto a Austria. - ¿No sales ni siquiera a vacacionar?- Para escapar de los ajetreos y los afanes me voy por dos o tres días a Miami y, a veces, cuando tengo que traer un avión desde los Estados Unidos, tomo esos días como mis vacaciones. Lejos de eso, me fascina la vida en Bávaro.

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