Lo que Águeda, de 59 años, nunca pensó es que mientras escapaba del calor de la infraestructura; los escombros y cristales de una explosión a pocos metros de donde estaba, la atraparían haciéndola perder el conocimiento, provocando lesiones en su pierna izquierda y marcaría su vida para siempre. Video

La tragedia del 14 de agosto le dejó una marca nunca podrá borrar

Lo que Águeda, de 59 años, nunca pensó es que mientras escapaba del calor de la infraestructura; los escombros y cristales de una explosión a pocos metros de donde estaba, la atraparían haciéndola perder el conocimiento, provocando lesiones en su pierna izquierda y marcaría su vida para siempre.

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