Dos trinitarias, de Maridení Jiménez

La “Mariposa Technicolor”, es decir, Mairení Jiménez, ha regresado al mundo de la poesía. Pero en esta ocasión con un libro de más paginación (206 págs.) y una portada en tapa dura con fotos de Irina Ruiz Fernández, su hermana Lauren y fragmento de una pintura de su autora.
En este tomo, Maridení se supera a sí misma. Sin dejar de ser esa incansable mariposa que hace volar la poesía con aires distintos. Ella mantiene en este libro un acento de personal que se nota desde las primeras páginas, con un toque en favor de la mujer que respira libertad y lucha por conservar su habitación propia.
Me parece muy propio de esta época es su poesía fluida, la que corre como el agua lluvia por las calles o como la fuerza de un río renovado.
Ella es muy joven aún. Pero no teme enfrentar el verso a través de ciertos cánones modernos.
Si Maridení limpia sus textos, les elimina frases evidentes, ideas redundantes, párrafos explicativos y reflexiones que diluyen sus ideas, alcanzará espacios mucho más amplios y lectores variopintos. Pero eso llegará con el tiempo.
Por ahora, saludamos su atrevimiento formal, la manera en que escribe sonetos casi perceptibles y rotos por una letra o una palabra para que el lector interrumpa su lectura y se percate de estos tiempos donde la poesía demanda creatividad. Igual sucede con esas páginas en blanco que aparecen entre algunos poemas, para el lector tenga tiempo de pensar en lo que ha leído y pueda sacar sus propias conclusiones.
Por lo demás, saludo este nuevo poemario de una escritora que ha llegado al mundo poético con su personalidadpropia, fuerte, y silenciosa, dispuesta siempre a dejar huellas visibles a su paso.