Buscando a Dios de Martin Lenk SJ

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El sacerdote jesuita alemán Martin Lenk SJ (Alemania, 1961) y Alexander von Humboldt (Berlín, 1769-1859) comparten, además de su país de origen, un extraordinario amor por América Latina, reflejado en sus obras. Recientemente, he estado leyendo "Buscando a Dios" de Lenk, subtitulado en la edición de 2014 que llegó a mis manos como: "Piezas para una teología filosófica". En librerías se encuentra una versión actualizada que tiene como aperitivo el prólogo de Pablo Mella SJ.
Esta obra se esfuerza por hacer comprensible la presencia de Dios en la tierra fértil que representa el elemento cognitivo de la vida. Lo que me atrajo de este relato es el deseo consciente de "dominicanizar" los espacios filosóficos para llegar a un público más amplio que el de la "ciudad letrada". En la contraportada, Lenk comenta que "es imposible alcanzar a Dios. Solo podemos ser alcanzados por su discreta presencia".
Martin Lenk logra desprenderse del andamiaje supra-intelectual europeo para que sus lectores podamos observar su visión de que "buscar" en América Latina es colaborar con la tierra. Al estilo de Humboldt, Lenk imprime una marca humana testimonial en un paisaje que se modificará para siempre, tocado por la verdad de un hombre que logra inculturarse para hablar el idioma del Abya Yala. Más que darnos "los códigos" exactos para encontrar a Dios, el texto nos muestra que hay un Dios que nunca se cansa de buscarnos y que también puede ser pensado desde nuestro continente.
Los que estudiamos filosofía y leamos con honestidad "Buscando a Dios", reconoceremos una respuesta sencilla pero profunda a la pregunta germinal de si hay posibilidades de hacer una teología auténtica desde República Dominicana hoy. Lenk responde a esta interrogante mezclando al hombre loco de Nietzsche con una fraseología que incluye "habichuela con dulce". En esa mezcla de saberes, que el etnólogo cubano Fernando Ortiz llama "ajiaco", radica la riqueza de este texto que aborda 30 temas profundos en un lenguaje accesible al pueblo.
Martin Lenk no es un autor de "best sellers", más bien, en "Buscando a Dios", parece pedirnos disculpas por haber pausado su misión en América Latina para escribir esta obra. Para los miembros de la "ciudad letrada", Lenk puede parecer un jesuita más, alguien que se doctoró en la Escuela Superior de Filosofía y Teología de Sankt Georgen en Frankfurt y decidió "anular" su carrera académica al radicarse desde 1992 en República Dominicana, en barrios como Los Guandules. Sin embargo, su felicidad corporal de "aguilucho" -nombre de su equipo de pelota preferido- de cada vez que visita cualquier espacio de este continente, parece indicar que le da igual el tipo de intelectual prestigioso que "pudo ser"; le da igual, de hecho, la actividad académica que por su conocimiento pudo haber desarrollado y construido con obras incluso más sofisticadas que "Buscando a Dios". El padre Martin sabe que, con su esfuerzo absoluto al servicio de los más necesitados, siempre se ha ganado el corazón de la gente.