Desde la última butaca
The outfit

Siempre que una pieza cinematográfica roza la técnica teatral, busco mi referente: “Un tranvía llamado deseo” de Tennessee Williams llevada al cine por Elía Kazan. En su versión a la gran pantalla, dos actores (un hombre y una mujer) dentro de un espacio reducido, hacen de las suyas. Cada gesto, cada movimiento, cada diálogo es un aporte innegable al mundo de las imagenes en movimiento. Todo ese drama concebido para las tablas, se ha transformado en puro cine en puro cine. Su director reunió a dos actores conscientes de que el producto dramatúrgico es un arte que puede romper la línea divisoria entre dos géneros con técnicas diametralmente opuestas: Marlon Brando y Vivien Leigh.
Esta introducción solo pretende presentar una obra de reciente estreno en Netflix, “The outfit” (El sastre de la mafia, 2022), del director Graham Moore, donde se lleva las palmas su protagonista Mark Relance.
Pero la cinta tiene un reparto que no ayuda a diferenciar un género de otro. Los díálogos se recitan; las entradas y salidas ocurren por la puerta de la sastrería como si esta fuera la cortina de un teatro y la sorpresa que depara el buen trabajo del protagonista tropieza una y otra vez con una escenografía escasa y común.
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