Imagínate

Digamos para empezar que somos el resultado de nuestra imaginación. Un conjunto de hechos dieron lugar a lo que somos y ya siendo eso que somos, nuestra mente corre y recorre los hangares más recónditos o superficiales de nuestro ser, del universo, de la historia, etc… en busca de uno mismo, en busca de aquello que nos hayamos propuesto realizar, quién sabe en busca de qué.

En medio de todo eso está como un prisma la voluntad, como a cada rato nos preguntan trivialmente, pero tú, ¿Qué quieres? Ahí sale de inmediato ese prisma de la voluntad y mejor es tenerlo bien dotado de herramientas para poder llevar a cabo eso que deseamos ser.

La importancia de la educación queda aquí en relieve, pues eso que somos depende mucho del proceso de educación, quiero decir de las herramientas con las que contamos para desarrollar nuestra persona, la persona que deseamos ser, nuestra comunidad, nuestro mundo, nuestro universo.

Digamos sólo que hay que leer unos cuantos libros para llegar a crear eso que somos, aunque solo sea en la escuela y después nos la pasemos repitiendo, pero no lo duden por un segundo, el simple hecho de leer, no sólo demuestra ese poderoso universo que somos, sino que una y otra vez lo crea, lo recrea, lo actualiza, para usar un término más contemporáneo, aún sea leyendo algo tan viejo como La Odisea.

Aquí viene el poder de la educación, pues nos da herramientas que luego usaremos en busca de nosotros mismos, en busca de eso que somos, en busca de eso que queremos ser. Estoy demasiado ontológico, ok, pero más que nada estoy usando palabras y conceptos para resaltar la maravilla humana.

La imaginación al poder es una frase que siempre me pareció -valga la repetición- maravillosa, por ser muy vital, muy joven y muy humana, pues resalta en nosotros eso que nos renueva constantemente y le da un espacio real en el mundo real. Una frase muy poderosa y positiva, sobretodo cuando nos lo planteamos en términos políticos. Independientemente de su historia, Francia 1968, es una frase esperanzadora y muy joven aún, pues resalta el poder inconmensurable de imaginación, así como su desuso en términos políticos. Ojalá nuestros políticos fueran más imaginativos.

Tags relacionados