Ventana

Desde la última butaca

El cebo

En 2001 y con el título “The Pliedge”, Sean Penn dirigió esta nueva versión del clásico de la literatura negra europea titulado “La promesa”, con Jack Nicholson como protagonista. Sin embargo, y a pesar de su realización 43 años después, la versión original, bajo el título de “El cebo” todavía conserva su magisterio fílmico, gracias a la mirada de su director, Ladislao Vajda, y su protagonista, el actor alemán Heinz Ruhmann, todo un descubrimiento profesional que puede equiparar su actuación con la de otros grandes del cine mucho más conocidos y ranqueados.  

La diferencia entre ambas cintas es notable. Mientras Vadja se apega al libro original -brillante de por cierto- Penn es mucho más creativo, lo que hace a veces, que el ritmo decaida como también la inclusión de escenas y personajes que jamás debieron incluirse en una historia de tal naturaleza.

A pesar de la similitud del guion con la novela, “El cebo”, respira cine por los cuatro costados. La dirección de actores no pudo ser mejor para una época donde reinaba el expresionismo alemán como técnica actoral, muchas veces incomprendida en zonas de Occidente , donde reinaba cierto aire de cultura popular.

Eran tiempos donde el cine norteamericano reinaba con sus finales felices, y comedias baratas salvo honrosas excepciones. Sin embargo, en esta versión de 1958 de la puesta en escena de la famosa novela se impuso un clima profesional donde el uso de la música aparecía y desaparecía según el contenido de los diálogos, la fotografía, sin ser nada del otro mundo, llevó al espectador un retrato epocal sin sobresaltos ni vínculos maniqueístas. Admiro el no abuso de los maquillajes, la simpleza de su escenografía y el rozamiento con cualquier elemento efectista. Vadja no repite convencionalisto, logró unificar un guion bajo los criterios de una escritura no convencional, sino inspirada en una historia de nivel que ha conmovido a varias generaciones de lectores.

“El cebo” es un filme inolvidable, un proyecto cinematográfico del que siempre habrá que hablar por sus excelentes técnicas. Los finales son distintos: ni mejores ni peores, pero el del aleman aún conserva el encanto de la obra literaria sin tener que acudir a la copia de ella. Repito: no hay comparación posible, sino saber que el cine de ayer todavía conserva su frescor y su excelencia. Y otro detalle, insignificante, pero detalle al fin: Sean Penn siempre oculta el rostro del asesino, pero Vadja, no. Y a simple vista no importa. 

Ficha técnica

País: Suiza. Año: 1958. Duración: 96 minutos. Director: Ladislao Vajda. Guion: Ladislao Vajda, Hans Jacoby y Friedich Durrenmatt (sobre una novela de Friedich Durrenmatt). Reparto: Heinz Ruhmann. Sigfrit Steiner, Siegfried Lowitz, Michel Simon y Gert Frobe. Premios: Selección Oficial a Concurso, Festival de Berlín. Sinopsis: Una niña aparece asesinada en el bosque de un pequeño pueblo suizo. Las sospechas recaen sobre el viejo vendedor ambulante que encontró el cadáver. Únicamente el comisario Mattei duda de su culpabilidad.

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