El viento tiene voz humana, de Jules Renard
Jules Renard (1864-1910), entre muchos títulos, ostenta legítimamente el de ser una de las voces mayores de la aforística. Pertenece, limitándonos a Francia, a los clásicos del género al lado de Montaigne, Victor Hugo, La Rochefoucauld, Balzac, Stendhal, Pascal, La Bruyère, Joubert, Voltaire, Bierce y Diderot. Aparte de su genial Pelo de zanahoria, escribió unos Diarios de los cuales dos colombianos, Humberto Ballesteros, que los prologa, y Luisa Fernanda Espina, que los traduce, extraen los aforismos que se incluyen en El viento tiene voz humana. Aquí va una muestra:
-Es en medio de la ciudad donde se escriben las páginas más bellas acerca del campo.
-El sabio generaliza, el artista individualiza.
-Un pedante es un hombre con mala digestión intelectual.
-Cayó sobre mí a punta de elogios.
-El estilo es el olvido de todos los estilos.
-El crítico es un botánico. Yo soy un jardinero.
-Si se reconoce 'mi estilo' es porque hago siempre lo mismo. ¡Qué desgracia!
-Cuando se es joven, se tiene originalidad, pero no talento.
-La nueva fórmula de la novela consiste en no hacer una novela.
-La claridad es la cortesía del hombre de letras.
-Un escritor conocidísimo el año pasado.
-Dedica su tiempo a buscar gente que tenga sus mismas opiniones.
-Te amo como a esa frase que hice en sueños y ya no puedo recordar.
-El hombre es un animal que levanta la cabeza hacia el cielo y no ve las arañas del techo.
-No confundamos al hombre inteligente con el hombre talentoso.
-No basta con ser feliz: también es necesario que los demás lo sean.
-Mi literatura no es más que una incesante rectificación de lo que experimentamos en la vida.
-¡Sé modesto! Es el tipo de orgullo que menos desagrada.
-Hay amigos, no verdaderos amigos.
-Un sabio es un hombre que está casi seguro.
-Escribir historias de caza para los niños, contadas por una liebre.
-Soy un realista que enturbia la realidad.
-Frente a mí, el campo de un verde que podríamos llamar multicolor.
-La vejez es cuando uno empieza a decir 'nunca me había sentido tan joven'.
-Nunca prometo nada porque tengo la mala costumbre de cumplir mis promesas.
-Viviendas tan pequeñas que sólo podemos abrazarnos o pelearnos.
-Pertenece a una familia muy honorable, como todos los ladrones.
-Sucede que me siento Demóstenes… con sus piedras en la boca.
-Hablar en cursiva.
-El tiempo perdido no se recuperará jamás. Entonces sigamos sin hacer nada.
-Si ya no soy joven, entonces quisiera saber en qué momento de qué día mi juventud me abandonó.
-La inspiración tal vez no sea más que la alegría de escribir y no lo que la precede.
-Tengo gustos de acróbata solitario. Me gusta darme la espalda a mí mismo.
-Me gusta la soledad, incluso cuando estoy solo.
-El hombre es un animal que tiene la facultad de pensar de vez en cuando en la muerte.
-La muerte es dulce: nos libera del pensamiento de la muerte.
-No existen los sinónimos, no hay otras palabras que las necesarias, y el buen escritor las conoce.
-Roncar es dormir en voz alta.
-Para ser original. Basta con imitar autores que no están de moda.
-Escribir cosas que los colegiales copiarán en sus cuadernos, eso es ser un clásico.
-En el fondo de todo patriotismo está la guerra: he aquí la razón por la que no soy para nada patriota.
-Las campanas habitan el aire como los pájaros.
-Allá arriba, una alondra se posa en un rayo de sol.
-Nunca quejarse y siempre consolar.
-No hay que decir toda la verdad, pero sólo hay que decir la verdad.
-Nuestra bondad es nuestra crueldad dormida.
-No puedo mirar una hoja de árbol sin que me abrume el universo.
-Hay momentos en los que la vida se excede; el arte debe evitar toda exageración.
-Lo mejor de nosotros es incomunicable.
-La lluvia pone en el suelo espejos de estrellas.
-El pájaro, ese fruto nómada del árbol.
-Lo que se debe de divertir Dios, que ve todo.
-Le agradezco, señora, la indiferencia que me dedicó.
-Tal vez hay ramas en las que nunca se ha posado un pájaro.
-Está el miedoso que mira bajo su cama y el miedoso que no se atreve ni siquiera a mirar bajo su cama.
-“Cielo” dice más que “cielo azul”. El epíteto se cae de su peso, como una hoja muerta.
-La modestia es siempre falsa modestia.
-El pájaro enjaulado no sabe que no sabe volar.
-Quisiera tener de nuevo la sabiduría y la constancia que tenía de niño.
-El artista es un hombre de talento que cree que siempre está actuando.
-Sé por fin lo que distingue al hombre de la bestia: los problemas de dinero.
-La sombra de un gato parece un tigre.
-Un árbol todo músculos.
-Ya no fui capaz de morir joven.
-No es necesario despreciar al rico: basta con no envidiarlo.
-Si le temes a la soledad, no intentas ser justo.
-Si la veleta pudiera hablar, diría que ella dirige el viento.
-No escribir ni para el pueblo ni para la élite: sólo para mí.
-El pájaro que ve un globo quizás está diciendo: 'quisiera volar como él, sin alas'. Así es el progreso.
-El viento llora todas sus lágrimas sobre el vidrio.
-La pereza no es otra cosa que el hábito de descansar antes de estar cansado.
-Dios, modesto, no se atreve a presumir de haber creado el mundo.
-No se nos olvide que este mundo no tiene ningún sentido.
-Un hombre de carácter no tiene buen carácter.
-Los hombres nacen iguales. A partir del día siguiente, ya no lo son.
-No conozco más que una verdad: sólo el trabajo hace la felicidad. No sé de otra, y la olvido todo el tiempo.
-Mariposa, flor vagabunda.
-Logro desconfiar de mi desconfianza.
-Lo que es exacto sólo puede ser sutil.
-No entiendo nada de la vida, pero no digo que sea imposible que Dios comprenda algo.