La gran muralla

Entre pirotecnia y fantasía trascurre este relato que China puso en manos del maestro Zhang Yimou vía Hollywood. Lleno de efectos visuales y aventuras, si se quiere gratuita, posee una imaginería fabulosa. Y una filosofía oriental masticada, donde se intenta recalcar el no siempre logrado triunfo del bien sobre el mal. Hablando por partes, la dirección es impecable, igual que la fotografía y la musicalización, pero el guion no las tiene todas consigo, y mucho menos, la historia.  

Este filme respira delirios de grandeza.Se acude a inconcebibles espacios sobrenaturales que desdicen el prestigio de su director y a la compañía Universal Pictures, que arriesgó darle su sello. 

Mención aparte merece ese guion lleno de estrellas, donde se dan la mano figuras probadas como el inglés William Dafoe, el norteamericano Matt Damon, el chileno Pedro Pascal y los chinos Andy Lau, Jing Tan y Zhang Hanyu, entre otros. Sin embargo, ninguno de ellos está a la altura de un proyecto de tal naturaleza.  

Subactúan (Dafoe) o socreactían (Damon), porque no entienden que la función del cine comercial (o de aventuras) es la simple diversión o entretenimiento, y no la reflexión, el drama, la comedia o el hecho histórico. “La gran muralla” es un filme que ha pasado sin penas ni glorias en el mundo del cine, igual que Hero (2002) y otros subproductos de naturaleza tecnológica donde el discurso cultural del maestro Zhang Yimou se ha transformado en secuencias de artificios formales. 

Ficha técnica:

País: China. Año: 2016. Duración: 95 minutos. Director: Zhang Yimou. Guion: Tony Gilroy, Carlo Bernard, Doug Miro. Historia: Max Brooks, Edward Zwick, Marshall Herskovitz. Reparto: Matt Damon, William Dafoe, Petro Pascall, Andy Lau y Jing Tian. Sinopsis: Un mercenario inglés (Matt Damon) y otro español (Pedro Pascal) son testigos del misterio que rodea a la construcción de la Gran Muralla China; ambos descubrirán que no se construyó para mantener alejados a los mongoles, sino para algo más peligroso.