Por lo bajito

No voy a comenzar otra vez a contar esta historia, porque vamos a estar claros, son vidas de personas lo que se van contando, no son zapatos que se ponen y se quitan hediondos y desbaratados o nuevecitos y brillantes de betún; tampoco son tragos que se sirven en una barra con más o menos ron, vodka, whisky o clerén, no, no, no, no; son vidas y eso lleva matices.

En este momento somos al menos tres vidas las que vivimos de lo que deja el Gran Granada y, como todo lo que es importante para el Gran Granada es importante para esta historia, pues lo cuento con tantos matices como pueda.

Mierda, me quedó bien esa parte, creí que nunca iba a terminar ese párrafo. Todo esto es sólo para decir que soy Eu y que voy contando la parte más barata de esta historia, con diccionario abierto y de to, donde soy un empleadito de Don Manolete y me quejo y me quejo y otra vez me quejo, pero la verdad es que estoy muy contento porque he encontrado una forma buena de ganarme la vida, de hacer mi “pecunio”, aquí en el mismito centro de la capital, en Gascue.

Suscríbete Gratis

Por favor, regístrate ahora para seguir leyendo

¿Ya estás registrado? Inicia sesión aquí

Tags relacionados