La invocación

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Don Manolete parado junto al bar principal, cerca de la caja, con su guayabera blanca, brillante que decía El Gran Granada en uno de los bolsillos superiores y sus lentes oscuros, que brillaban aún más, no parecía otra cosa más que lo que era, el orgulloso dueño del Gran Granada.
Don Manolete: -Si vas a tirar la casa por la ventana, primero que nada has de abrir bien la ventana, como decía un amiguete de los viejos tiempos, rigor, rigor, ante todo, rigor.
Eu (bajando la voz): -Debería pensar igual de la higiene.
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